domingo, 20 de junio de 2021

ANÉCDOTAS BIZARRAS CON SEXO DE PAGO PARTE 2 DE 7: LA VIEJA LUDÓPATA

Por si acaban de llegar, en el post de abajo tienen toda la información de este nuevo berenjenal en el que nos hemos metido. Aunque, como buena producción de serie B, en el título ya tienen el argumento; anécdotas bizarres de cuando iba/he ido con profesionales. 


Vamos con la primera;


He de decir que tengo sentimientos encontrados con esta anécdota, y que ello dará pie a las reflexiones que expongo al final.No me hace quedar especialmente bien, pero en mi descargo diré que era joven e inocente. En todo caso, tengo una mala reputación que mantener, así que no viene de ahí. Soy un miserable, pero tengo una colección de tebeos cojonuda.

 
Con tebeos empieza la cosa, en verdad. Era un sábado por la tarde de no recuerdo qué época del año. Me había hecho una ruta que ni los del Gran Prix por varias librerías de mala muerte en busca de incunables a dos duros el ejemplar. Y creo que literalmente, pues todavía circulaban las pesetas. Tiempos aquellos en los que por nada llenabas una bolsa con tebeos, no como ahora que....pero bueno, eso no viene al caso. Tampoco diré que la mayoría de esas librerías ya han desaparecido y que cualquier tiempo pasado fue anterior.


La cosa es que, extasiado de éxtasis ante el botín, y extasiado de cansado ante la paliza de andar, paré en un bar de mala muerte a tomarme un cortado y ojear, de ojo, los tesoros adquiridos, hojeando, de hoja, con tranquilidad la mercancia. 


El bar era cutre, pequeño y oscuro. Zona Eixample de Barcelona. De los chinos, que ya por entonces estaban ahí. Había una mujer gorda, vieja, sucia, desaliñada en una esquina, jugando a la máquina tragaperras. Normalmente, llevando tebeos no me hubiera fijado en mujeres de ningún tipo, pero al verla me vinieron a la mente las palabras del inmortal Bokoski; "tomé nota de que debía de tirármela. Tenía ese aspecto repugnante tan encantador". Varices, estrias, sudor, seguramente alitosis y a saber qué cosas más. No sé si el morbo es una sensación o un sentimiento, pero sé que es algo a tener en cuenta. Y cada uno tiene el suyo. 



En la barra, una china aburrida y ningún cliente más.


Me senté en una mesa, me pedí mi cortado, y andaba o anduve a lo mío, ora mirando los tesoros, ora con el rabillo mirando a la mujer, pero de forma discreta, que nunca he sido de incomodar a nadie. Daba igual; la tipa estaba tan concentrada luchando a muerte con la puta máquina que si ese momento George Bush padre hubiera perdido la guerra de Irak y el mismo Saddan Husein se hubiera presentado en el bar dicendo que iba a matar a todos los infieles ni se hubiera enterado.

 
La cosa se hubiera quedado en un pensamiento sucio, olvidado al salir, cuando el Destino hizo que la mujer se quedase sin efectivo justo cuando la máquina estaba "caliente". No hace falta tener el algoritmo del big data para adivinar lo que pasará a continuación. Una previa discusión con la china, que si ya no sabe lo que significa "fiar" en su idioma, mucho menos en castellano, aunque sea castellano del Eixample. Un acercamiento a mi mesa, yo distraido o haciendo como qué.


-Perdón, caballero, me puede dejar unas cien pesetas? Se las devolveré en nada.


-Te doy dos mil si luego vamos a tu casa y me haces una mamada.


No fui yo, fue mi Mr. Hyde, que tomó el control del totolhaba y modosito Dr. Jekyll. Fue Hulk riéndose del débil Bruce Banner. No sé si fue un pensamiento sin pensar o un pensamiento en voz alta que salió. Juro que sólo me tomé un cortado, ni siquiera me pedí una Woll Damn aquella vez. Me salio y esperaba un "vete a tomar por culo, guarro de mierda" cuando oí un;


-Vale.

 
Le di las dos mil pesetas, la china se las cambió en monedas, no intercambiamos nada más. Estuvo un rato con la maquinita de las narices, no recuerdo si oí que dicha máquina escupía algo o no. Seguí mirando mis tebeos, esperé un rato, no recuerdo cuánto en tiempo de los  humanos. No sé si ganó o se dió por vencida. Solo se que al rato me dijo:


-Vamos.


Y fui.


Aquí lo poético sería parafrasear a Joaquín Sabina en la canción "Peor para el sol", que también narra un encuentro de bar, y decir algo así como "risas/ excesos/ cómo van a caber tantos besos/ en una canción". Pero si esperan poesía, aquí no es. Vamos a lo soez, lo zafio, lo decadente, lo grosero, lo insano. 


Vivía al lado del bar, subimos a su casa, oscura, pequeña, desordenada, llena de mierda. Me tumbé en el sofá, me bajé los pantolones. Ví un chal, o una bufanda o un pañuelo, o igual era un trapo, tirado por ahí y le pedí que si podía atarme las manos. Lo hizo. Creo que me incluso me dio un par de cachetadas o algo. Puede que incluso hubiera algún beso. Me hizo una mamada de óscar de jólibub. O igual yo estaba tan cachondo con la situación que así me lo pareció. Avisé de que iba a llegar al clímax, apartó la boca, me limpié con papel de cocina, me quité el chal? bufanda? pañuelo? trapo de cocina?, me subí los pantalones, "encantado, Señora, un placer", y lleno de glamour y con mis órganos vitales intactos cogí la puerta y me fui.

 
Volví al bar una semana, o quizás dos, después. No me la encontré. Sólo había un par de parroquionos discutiendo a gritos de fútbol ante varios quintos. Pasé por su portería. No la ví. Luego volví con la relación que tenía por aquel entonces. Y enterré este suceso en mi memoria. 


Y esto fue todo. Como he dicho, a día de hoy tengo sentimientos encontrados. ¿Fui un miserable aprovechándose de una persona enferma? ¿O en verdad era yo el enfermo y se aprovechó ella de mí? ¿O éramos dos enfermos haciendo un negocio patético en el que todos ganan según nuestros impulsos miserables? ¿Por qué acció tan pronto y lo vio tan natural? ¿Acaso era una ex prostituta venida a menos? ¿Estaba acostumbrada a pagar sus vicios con sexo decadente? ¿Por qué me dió y me da morbo todo esto? ¿Lo volvería a hacer si se diera la ocasión? Quiero creer que he cambiado a día de hoy y no lo haría, pero creo que si llevara dos voll dams lo volvería a hacer. Al menos hemos evolucionado en eso.


Ya he dicho que eran anécdotas bizarres y patéticas. Y es la primera. Mañana no será un encuentro, sino una llamada. Pero todavía hoy estoy temblando de recordarla.


Tengan cuidado ahí fuera.


Spirit


pd: Por supuesto, estuve una semana duchándome con lejía....
 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Te estas desnudando capullo

Anónimo dijo...

Se puede oler mientras se lee!