jueves, 23 de octubre de 2008

MI PUTA PRIMERA VEZ

Dicen que la primera vez nunca se olvida. Debe ser cierto, por que yo he intentado por activa y por pasiva olvidar mi primera sesión bdsm y no lo he conseguido a día de hoy ni con lícor de ese que dan en los chinos. Así que aunque sólo sea como ejercicio de exhorcismo, me propongo a contarla aquí.

Mi primera sesión no fue mágica, ni fue especial. Mi primera sesión fue tan cutre que el “ama” llevaba bambas y no tenía ni puta idea de sado. No me acuerdo cómo se llamaba ella, ni si supe siquiera su nombre, y no tengo ni idea de cómo era su cara o su figura. Haciendo un esfuerzo, me viene que ni una cosa ni otra eran gran cosa. Era latina, eso sí que me acuerdo, y se tiró un buen rato hablando con alguien de la familia por teléfono en la habitación contigua mientras yo estaba tumbado en una cama preguntándome qué narices hacía allí y si no debía de irme cuanto antes. Le pedí que me azotara y creo que me miró con cara rara, me dio unas palmadas con más poca gracia que un orangután y me corrí por el sólo hecho de que tenía 23 años y a esa edad el aparato estaba a 120 grados de forma continua. Creo que también le pedí, con tremenda timidez, que me atara y sacó un pañuelo o algo así, pero de esto último no estoy tan seguro. Fue todo muy rápido, apenas diez minutos entre todo. Me acuerdo de la sensación de timo con la que salí y la frustración por no haber empleado ese dinero en algo más productivo, como tebeos o cubatas.

Por que mi primera vez fue con una profesional que se anunciaba en la sección de“relax” del periódico. La elegí en base a tres criterios muy bien pensados: 1) era la más barata 2) estaba en un lugar en el que no había que hacer trasbordo en el metro 3) Y era la más barata. El punto 1 y 3 propició, supongo, que la buena mujer no tuviera ni idea de sado y que la sesión fuera un desastre.

Aunque, para ser exactos, la sesión ni fue un desastre ni lo dejó de ser. Simplemente no fue ninguna sesión, sino un servicio de “relax” bastante cutre. El por qué se anunciaba como sado no lo sé. Un tiempo después, al recordar que me ofreció meterme un consolador (algo para lo que yo entonces no estaba preparado), llegué a la conclusión de que la buena mujer ofrecía un servicio de “sodomización” pero, supongo, todavía no estaba muy ducha en el negocio y las distintas variables sexuales le causaban confusión. Es verdad que en el fondo suena más o menos igual la “sodo“ que el “sado“. No vale para acertar en “pasapalabra” pero sí para ofrecer un servicio a estos pervertidos de mierda.


No voy a aburrir a nadie con mi rollo existencial de dar pena y justificar mis actos. Estaba triste por que no sabía cómo canizar estas fantasías, sufría mucho, pobre de mi, bla bla bla....pero me salto esa fase y paso directamente a lo que interesa. Fui por que la necesidad legisla y el camino más corto entre dos puntos es la línea recta. No voy a hacer aquí y ahora (pero se harán más adelante) reflexiones morales sobre la prostitución. Simplemente no quería morirme sin probar estas fantasías y lo hice de la única forma que por entonces supe.

Sí, la experiencia fue frustrante, el “ama” una estafadora, salí sin haber probado nada de eso que me carcomía, tuve durante un tiempo la sensación de ser el ser más imbécil del universo (algo que ya tenía y que nunca ha desaparecido) y encima me quedé sin tebeos ese mes por haber tirado el tremendo capital de por aquel entonces cinco mil pesetas en una mala paja de diez minutos. Cualquiera pensaría que, como diríamos los catalanes, “no hem fet negoci” (no hemos hecho negocio). Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, creo que sí que lo hice y la experiencia fue más o menos positiva. ¿Por qué?

He aquí un par de conclusiones que he sacado, que como diría algún político se pueden resumir en cuatro, ya un poco más mayor y menos ingenuo;
1-Una vez le dije a un colega que estas fantasías sólo eran un juego. Y el muy capullo me contestó que vale, si me lo quería creer así incluso me daba una piruleta, pero que eran un juego que me había ocupado mucho tiempo, muchas energías y por el que había hecho acciones y gastado recursos impensables en mi vida cotidiana. Este escrito es un ejemplo de ello. Las fantasías sexuales son tercas y causan nuestra infelicidad si no las tenemos, así que luchamos como sabemos o como podemos para satisfacerlas aún a consta de miedos, prejuicios morales y medios. O sea, moreleja uno; que la necesidad legisla.

2-La segunda lección es que fue frustrante. Sé que mucha gente en mi misma situación ha ido con profesionales del tema y ha salido igual (o más) de frustrado o incluso traumatizado. De algo de eso hablaremos cuando toquemos el tema de las profesionales en profundidad. En mi caso tuve claro un par de cosas; la primera es que sólo hay forma segura de dar en el clavo, y es dar ciento en la herradura, así que probaría y probaría hasta dar con lo que buscaba o morir en el intento. La segunda es que si fue frustrante en parte fue por mi culpa; no supe transmitir lo que deseaba, en parte por tonto, en parte por novato, pero sobre todo por que en verdad tampoco lo tenía claro; no tenía definido qué priorizaba y qué precio estaba dispuesto o no a pagar. Así que si volvía a encontrar a alguien que no supiera bien su oficio pues vale, mala suerte, pero que no fuera por que no me supiese explicar. O lo que es lo mismo; la moraleja dos es que la perseverancia y la autocrítica es la madre de la ciencia.

3- La moraleja tres es que no pasó nada. No me apaleó ningún chulo, no pillé el sida, no se enteró mi novia, no acabé en la cárcel llorando ni por las esquinas hablando solo. Y eso me hizo sentir libre; empezaba a vencer mis miedos (que no a descartar la prudencia).
4-La moraleja cuatro es algo que he aprendido con la perspectiva que da el tiempo. Ir con una profesional es una mentira y le quita al bdsm de su esencia; la magia y la entrega. Tiempo habrá de hablar de ello. Pero en su momento el ir con profesionales (no en esta experiencia, pero sí en otras posteriores) tuvo un efecto que a la larga marcó la diferencia entre elbien y el mal; me quitó “el ansia” por probarlo. Es decir; todo en esta vida es un proceso. Antes de cansarme y encontrar vacía una sesión de pago me había quitado el “ansia” de probar las prácticas, las sensaciones físicas, los juegos extraños y el morbo insano. Por eso cuando contacté con gente no profesional no me cegaba la necesidad. No estaba atado a lainmediatez del desepero; oye, ya lo he probado, ya sé lo que es.


En su momento no lo supe, pero creo que esa diferencia fue la que me abrió más de una puerta por cuyo laberinto todavía transito.En todo caso es mi experiencia personal, pero transferible o no en función de la vida y las circunstancias de cada uno. De mi primera sesión sólo recuerdo esto. Y no sé si es triste que recuerde más las conclusiones que la experiencia en sí. Pero oye, es lo que hay.

Luego vinieron más sesiones, y como dirían los anuncios, en el precio está la diferencia, y luego el proceso del cansancio y la sensación de buscar la autenticidad y luego más historias que no cabe contar aquí y ahora. Pero se contarán.

Tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida. El próximo viernes hablaremos sobre si existen las Amas o son, como aseguran muchos sumisos faltos de cariño y cruedad, una leyenda urbana.

Spirit de Zoe

4 comentarios:

Bruce dijo...

Tiene usted buen gusto para escoger las imágenes. Le mostraré otras que le pueden interesar:
http://beroyblog.blogspot.com/search/label/fetichismo

satish19 dijo...

Buenas noches.

Interesante historia, incleibles ilustraciones de Frank miller y brian Balland. Un mal comienzo pueden conllevar un gran final...

Spirit dijo...

Saludos a todos;

Quisiera dar las gracias a electrosex por haber comenzado con esto de los comentarios en el anterior post. Esto del blog es una tontería personal y no va a cambiar el mundo, pero es gratificante, al menos cuando empiezas un proyecto con ilusión, ver que hay gente que se toma la molestia de entrar en este pequeño rincón.

Bruce, gracias por la dirección que adjuntas. Y es que los seguidores de cómics sabemos que hay miles de imágenes fetichistas por estos lares hechas con exquisito gusto y artesanía, cuanto menos que lo que se espera de la mano de un maestro como beroy.

Hector, es que Frank Miller es grande y Brian Bolland un Maestro de los de la vieja escuela. Siempre que pueda recurriré a ambos para ilustrar estas pajas mentales.

Pues lo dicho, gracias por todo y nos vemos o nos leemos por este y otros lares.

Tengan cuidado ahí fuera.

Spirit de Zoe

BELMAR dijo...

saludos!!!