Hoy vamos a hablar de uno de los temas más delicados y que genera más problemas en toda relación dom-sum; la existencia o introducción de terceros. Que el Amo/a se coga otro sumiso/a, vamos. Ojo con esto que tiene tela marinera, como vamos a desgranar;Hubo alguien, lamento no recordar quién, que empezó una rueda de prensa diciéndo: “No pienso contestar a las preguntas que me hagan quedar mal”. Con dos cojones. Debería de haber aprendido yo de ese alguien, pero mi afán egocéntrico me puede. Todo esto viene a cuento por que el vecino de arriba, el amigo Gusano para más señas, me hizo una entrevista para su blog Mi Insecto Insignificante donde expuse mi visión del tema. He de reconocer que Gusano hizo un buen trabajo, ya que condensó bien mis respuestas y “el espíritu” de las mismas. Pero por temas de espacio, por que es difícil transcribir notas de mi verborrea en un bar, por que yo soy yo mismo y mi mecanismo y por que es un tema demasiado complejo para exponerlo sólo de forma fraccionada y personalizada, me sirvo de este mi nada humilde blog para aportar una visión más completa. No significa, huelga decirlo, que sea la única y la verdadera, pero es la mía y la vivida.
Advierto de entrada que es largo de cojones y espeso del copón, pero es lo que necesito exponer. Así que los que no tengan ganas ni pacienda para leer siempre se pueden ir a otros espacios. También digo que por primera vez ha colaborado AmaZoe en la confección de este escrito, en los términos establecidos en un post de más abajo (es decir; que ha censurado, echado broncas por manipulador, me ha hecho poner cosas que no quiero poner, etc...aunque bien es cierto que, como ha dicho en su comentario del post anterior, justo es reconocer que me ha dejado plena libertad para decir y expresar lo que yo considere). Para ilustrarlo he intentado que todas las fotos cojidas de por ahí tengan más de un sumiso. Para acabar, también diré que la entrevista hecha a Gusano se ha comentado en algún otro blog de por ahí, pero no voy a poner el enlace por que pienso que se da una visión un tanto retorcida de la misma y ya dije en ese espacio lo que considero, a lo cual el escrito de aquí no es más que el apéndice completo.
Pues nada, empezamos;
Antes que nada, cojamos EL MANUAL DEL BDSM a ver que dice al respecto. Mira, casi al principio, establece; “La parte Dominante puede tener tantos sumisos/as como le apetezca. En cambio, la pertenencia es única. Como mucho, un sumiso/a puede ser “cedido/a” a otro dom si éste está de acuerdo”. Este manual nos lo amplía generosamente gente como ELISE SUTTON con expresiones del tipo “la Dominación no es a la carta y si un hombre se pliega a una mujer, es con todos los inconvenientes. Ella tiene, por tanto, derecho a buscarse otros sumisos o relaciones por encima incluso de los patéticos lloros de su pareja” (transcripción no literal en la letra, pero sí en el espíritu).Además, tipos gordos con barba haciéndose pasar por mujeres escriben novelas mitológicas de Baronesas sádicas cuyo castillo está lleno de cuadras de esclavos, aplicando no sólo el manual si no el imaginario colectivo de las fantasías masculinas.
Vale, pues ya sabemos que dice el Manual. Y....¿qué dice esa cosa nimia, sin importancia, llamada Realidad?
La realidad dice que “depende”.No en el hecho de que el dom se coga a otra persona o no, que incluso sin rol cada uno es muy libre de hacer lo que considere, si no en el hecho de que se acepte o no por la otra parte, con todas sus consecuencias. Es decir; está fuera de toda duda razonable que alguien, sea Dominante o no, haga lo que considere. Discutimos las implicaciones que ello tiene.
Como siempre, vamos por partes.
Siguiendo la lógica ilógica del bdsm, entendemos que un Dominante, como tal, no ha de privarse de su propio placer y por ello si considera que necesita una segunda, o tercera, o las que sean, de personas que le sirvan o le den placer tiene toda la potestad para hacerlo. Es más; el sumiso/a, no sólo ha de consentirlo, si no que con ello agrava su humillación y se potencia su rol inferior. Pero es que, encima, debería estar agradecido pues prioriza el placer y la felicidad de su Dom.
Vale, ya hemos dicho que sabemos lo que dice el manual al respecto, no hace falta que nos lo justifiquen.
Pero tenemos la terrible manía de ser personas antes que roles y tener relaciones bdsm que son eso, RELACIONES. Así que, bueno, no todo es Jauja en el país de Hoz, y los mundos de Yupi de Elise Sutton están muy bien para una paja, pero ahora tenemos que vivir. Pero antes de entrar en materia enseñaré mis cartas sin pudor; yo este tema es una de las cosas que peor he llevado y que más problemas me ha dado en mi relación dom-sum actual. Así que quien espere una imparcialidad y una justificación de estos actos, va listo.
Decir además que vale, hablamos de “celos”, pero creo que esta definición no es del todo exacta. Yo creo que sería más exacto decir que estamos hablando de aceptar o no una situación concreta. Por supuesto que eso suscita celos, pero no son los celos del moro Otelo, ni del típico cazurro que no deja que su mujer vaya con las amigas a cenar, ni vivir con miedo por que tu pareja “huele raro” (y es que hacía mucho frío por la mañana y no se ha duchado, no que se le haya pegado una colonía de otro/a) ni cosas así. El matiz es importante; no estamos hablando de engaños, ni de cuernos, ni siquiera de infidelidad en el sentido estricto del término. Estamos hablando de sonreir o no cuando nos plantean este tipo de situaciones cara a cara enmascaradas en relación bdsm.
Cachislamar, se nos ha olvidado ponerlo a la entrada en letras de oro, como en el Infierno de Dante. Quizás por que de tan obvio es cansino exponerlo. Cada persona es un mundo y cada relación es un universo. No hay una ciencia exacta, por que todas las relaciones tienen sus condicionantes, acuerdos, limitaciones, peculiaridades y demás. Así que lo que aquí se expone son generalidades, válidas normalmente para el común de los mortales, pero que cada palo aguante su vela.
Decía Rita Hayword que el problema que tenía era que los hombres se acostaban con Gilda y se levantaban con ella. Me viene a la mente por que me parece muy bien como introducción; nos acostamos con una relación bdsm y nos encontramos con que somos personas. (Por cierto; llamarlo introducción cuando llevo página y pico es tener los cojones bien puestos, pero ese es otro tema).
Retomemos el hilo. Hemos dicho que el aceptarlo o no “depende”. Bien, como diría Jarabe de Palo; “¿de qué depende?”
Pues depende del tipo de relación, querido Watson.
Si se tiene una relación donde puede haber afecto, cariño, aprecio, amistad y todos esos “otros tipos de amor” que no condicionan lo que en verdad nos interesa, que es el tener sesiones y disfrutar con las sensaciones físicas de este juego de locos y pervertidos, o disfrutar de la entrega sin unos condicionantes de vínculos sentimentales intensos, el hecho de que el dom tenga más sumisos/as no presenta problema alguno. Es más; incluso puede ser un aliciente morboso.
EJEMPLO PERSONAL: Yo he tenido 2 Amas antes (o entre) mi relación actual. En estos dos casos la relación tenía unos parámetros muy definidos. El que tuvieran o dejaran de tener otras historias no me afectaba sentimentalmente. Tenía más peso el BDSM que la relación “afectiva” en sí (aunque personalmente hubiera aprecio, amistad, cariño, etc...). Y alguna que otra vez incluso he tenido sesiones conjuntas con esos otros sumisos y la experiencia ha sido grata.

Si la relación bdsm ya parte, además, de un punto de partida donde la parte dominante te deja claro que ella tiene, ha tenido o puede tener en un momento dado más sumisos/as, también de entrada hay una “aceptación”. Sabemos lo que hay. No nos podemos quejar de que nos han cambiado las reglas a mitad de partida.
Si la relación tiene un vínculo sentimental fuerte, pero está consolidada y ambas partes lo ven perfecto, pues ni que decir que también perfecto. El propio Marqués de Masoch ponía anuncios en los periódicos pidiendo amantes para su esposa. Aquí puede ser por que el tercero que se introduzca tenga la consideración de “objeto” en el buen sentido o por que los dos sean unos viciosos y ya hayan establecido su sistema de reglas, compensaciones, límites y prioridades. Es más; curioso mundo este, pero muchas veces, en este caso, quien más lo propone e insiste en el tema es el propio sumiso. Viciosos, que somos todos unos viciosos.
Un ejemplo del primer caso; mi Dom me propone atarme a una silla, coger al primer palomo que pasa por allí y follárselo en mis narices como “instrumento” del juego, pues tiene su cierto morbo, que es ese noble sentimiento que no puede faltar en este tipo de relaciones. Después, el tipo se va o, en todo caso, “no llames tú, que ya te llamaremos nosotros”. El parámetro está claro; no ha lugar a celos, ya que se trata de un negocio donde todos ganan; yo tengo mi morbo, mi Señora es fecundada por un palomo que seguramente la tendrá más larga y el palomo ha tenido un desahogo y una experiencia que contar a los colegas del bar.
Un ejemplo del segundo caso; conozco a una pareja, consolidada y estupenda, que viven una relación parecida a 24/7. A día de hoy no sé lo que habrán hecho finalmente, pero hace un tiempo el sumiso no paraba de suplicarle a su Señora, de forma un tanto cansina, que se cogiera otro sumiso por que le daba un morbo terrible.
El problema viene, como siempre, cuando hay un vínculo sentimental fuerte y no queremos “compartir” a la persona que amamos en nada, menos en estos juegos que refuerzan el vínculo de la relación. Se plantea introducir a alguien que no tiene la categoría de “objeto” si no que entra en un área que no queremos compartir. Y más si tiene el agravante de que ni estaba y ni se le esperaba, pero un día te dice el/la Dom que el primero/a puede que seas, que eso ya no tiene remedio, pero lo de el único pues que no. Son relaciones donde el bdsm es importante, pero lo que lo sostiene es LA RELACIÓN en sí.
Venga, a ver qué sumiso/a en esta situación tiene bemoles de coger el manual y aplicarlo.
Es humano que así sea. Por que se ha generado un mundo mágico que es exclusivo para tí y de repente alguien entra en él y lo ensucia un poco, o no lo ves tan mágico. Por que nadie quiere compartir lo que ama. Por que somos personas y necesitamos que nos remarquen lo exclusivos que somos. Por miedo o inseguridades de perder lo que se tiene y que nos es grato. Por que nos han cambiado las condiciones, y de repente lo vemos todo diferente, incluso la propia apreciación del Dom (“¿yo voy a adorar a alguien que me putea o me hace sentir mal?”). Por múltiples factores. Reaccionamos negativamente. Y entonces...qué hacemos?
Pues, sin ser gallegos ni sabios pre-aristotélicos, también “depende”.
Aquí vamos a hacer un inciso.Hay cosas que pertenecen al mundo de la razón y hay cosas que pertenecen al mundo de los sentimientos. Los celos, incluso en los términos en los que estamos hablando, no se pueden racionalizar. Así que provocan neuras, injusticias, actos indecorosos y miserias humanas. Eso no signica, claro está, que por el tema de los celos todo esté justificado. Hay una diferencia entre luchar por lo que amamos y el “la maté por que era mía”. Evidentemente, aquí estamos hablando de lo primero y repudiamos lo segundo.Hay celos destructivos y celos constructivos. Siempre se asocian los celos a lo primero, y no con poca razón. Pero creo que a veces también es un síntoma de lo que estamos dispuestos a luchar y defender y lo que no.
Sigamos....decía que ante una situación así, el qué hacer “depende”. “¿De qué depende?
Para empezar, depende de cómo lo transmita la parte Dominante. Otro día hablaremos de las responsabilidades del Dom, que no todo va a ser por su parte el ser servido y adorado a su libre capricho. Pero en este caso en concreto el Dom tiene la obligación de transmitir esta situación, si sabe que le va a dar problemas, con tacto, con paciencia, valorando todas las implicaciones y sabiendo lo que ha de potenciar o lo que ha de obviar. No significa esto una sumisión a la carta, si no simplemente tener en cuenta que somos personas antes que roles. Los sumisos/as tenemos vicio, vale, pero también tenemos sentimientos.
Para continuar, depende de las condiciones de la relación. No es lo mismo una pareja consolidada que otra todavía en proceso, no es lo mismo dos partes libres que otra con algunos condicionantes, no es lo mismo transmitir una postura que otra, no es lo mismo empezar con unas condiciones y cambiarlas que saber que estas podían llegar en cualquier momento, etc...
Y, para acabar (aunque puede que me deje muchas cosas entremedio), depende de la actitud del sumiso/a. Susurrémoslo bajito, no lo digamos muy alto, no revelemos el secreto, pero el sumiso/a tiene libertad de eleccion. Aunque sea la libertad de elección de dejar un posit en la cruz con “que lástima pero adiós/ me despido de tí y me voy”.¿Es eso chantaje emocional? No; es que cada acto tiene sus consecuencias y se ha de apechugar con ellas.
Se puede transigir por que no queremos perder al Dom y lo aceptamos todo. Se puede transigir por las circunstancias propias de la relación. Incluso se puede aceptar por que, oye, es lo que dice el manual y nos pueden comer el coco con ser un buen sumiso/a, etc....(en este sentido la “señora” Elise Sutton es una maestra). -”Es que si no lo aceptas eres una mierda de sumiso”. -”Sip, -le podéis responder- y Spirit también y ahí lo tienes, en su blog cada viernes”.
Pero, yo qué quieren que les diga. La parte Dominante, bien como dominante, bien como persona, puede tener todo el derecho del mundo a cogerse otro/a sumiso/a. Pero la parte sumisa/o, aunque sólo sea como persona, tiene todo el derecho a aceptarlo o no, y en el segundo caso, a coger la puerta y largarse.
Un par de preguntillas sin importancia;
¿Es lícito arrasar a la persona, a la relación, al amor...por un capricho, aunque se enmascare de dominación (y aquí me da igual si es masculina o femenina)?
¿Acaso se espera arrasar los cimientos propios de la relación y que ésto no tenga consecuencias?
Personalmente, y hasta ahora no he visto ni vivido nada que me haga pensar lo contrario, pienso que si esa situación no se puede llevar es mejor dejar la relación. Punto pelota. Por que lo único que genera es neuras, frustraciones, rencores y sufrimientos del que no nos da placer. Total; estas situaciones son tantos los conflictos que generan que a la larga es lo que va a pasar, así que no retrasemos lo inevitable. El sumiso/a tiene la libertad de elegir. Por eso, si no se siente valorado/a, si se siente desplazado/a, si no le compensa o cualquier otra neura, justa o injusta, es mejor que el Dom se busque no otro sumiso/a, si no dos; el que quiere a más y el que necesita para sustituir al saliente. Total; sumisos/as hay más que nada en este mundo, salvo quizás insectos.
Sobre este punto (el de la libertad de elección) no veo que el manual ni Elise Sutton ni allegados hagan mucho hincapié, la verdad. Es más; por el proceloso mar de la red veo muchos escritos de Doms (masculinos y femeninos) defendiendo el tema de la multiplicidad de sumisos/as, y muchos escritos de sumisos/as aceptándolo, unos tras un proceso, otros de entrada, etc....No he visto, o no recuerdo haberlo hecho, o no sé encontrarlo, ningún escrito en los términos en que yo lo he expresado. No, si igual es verdad el título del blog y soy una mierda de sumiso...

¿Hay alguien todavía? No se han dormido todos?....ya casi acabo.
Me dejo algún tema en el tintero, pero es que no quiero ser demasiado pesado (más todavía, quiero decir). Me comentan por ahí que quizás donde más afecte este tipo de situaciones es con sumisas enamoradas de su Señor. Personalmente, no estoy de acuerdo en que sea dónde más afecte, pero espero hablar algún día de las diferencias entre dominación femenina y dominación masculina para exponer, aunque sea a brochazos, que generalmente creo cierto que hay un componente mayor de sentimiento por parte de una mujer sumisa. También me viene a la cabeza exponer situaciones donde se parten de unas condiciones determinadas (que no haya implicación sentimental, por ejemplo) pero luego estas evolucionan y acaba apareciendo el amor, y con ello se jode todo. ¿Y qué hacemos si cambiamos las reglas a mitad de la partida? Si aparece por las dos partes, estupendo, ya se arreglán. ¿Y si aparece por una sola parte? Ah, un misterio que no estoy capacitado para contestar, pero como todo misterio supongo que se resolverá jodiéndose al que le toque.¿Puede tener el/la Dom los mismos celos si su sumiso/a le pide “que le ceda” a otro/a o esa misma petición se la hace otro/a Dom? Pues, a ver...¿son los Dominantes personas que respiran y sangran o son Dioses más allá del bien y del mal? Como sabido es que son Dioses/as más allá del bien y del mal, no ha lugar esta consideración. (Estoy siendo irónico, por si no me ha salido muy bien; lo expuesto es válido para las dos partes, por supuesto).
Y un último apunte un poco puñereto...¿es lícito considerar que hay una implicación sentimental fuerte por la parte Dominante si se coge otro/a sumiso/a, aún sabiendo que eso hace daño al actual? No voy a contestar, por que esta pregunta la debe contestar, si acaso, un Dom en esa situación. Aunque yo me agarraría al “depende” también.

En fin; expero haber expuesto el tema con mediana claridad. Al menos lo he hecho lo mejor que he podido y/o sabido. Hay una cosa que me dejo en el tintero muy a posta; mi propia experiencia personal.
Bueno; no es que me la deje. Quien tenga dos dedos de frente ya habrá sacado sus propias conclusiones. Pero a fin de no hacer trampa la expondré a brochazos;
Hubo un nefasto período de tiempo, por fortuna breve, en que mi Señora se cogió a otro sumiso. Estaba (y está) en su perfecto derecho de hacerlo. Como consideraba (y considero) que nuestra relación tiene un alto componente afectivo, además de que por “x” circunstancias este mundo del bdsm es un mundo mágico y particular nuestro, no lo llevé bien. No sé si hubiera llevado mejor otras situaciones más “vainilla” o convencionales, aunque me gusta creer que sí. O al menos no hubiera visto (insisto; justa o injustamente) “ensuciada” por un intruso un área especial nuestra. Y especial también por una serie de circunstancias demasiado íntimas para exponerlas aquí.
Me aparecieron los celos y me torné una persona insoportable por todo el cúmulo de inseguridades y frustraciones que conlleva. Insisto en que situaciones anteriores con otras Amas no conllevaron estos problemas. El sumiso, del que reconozco que es un tío estupendo como persona y a día de hoy un amigo, no fue en ningún momento engañado y mi Señora le expuso claramente los términos en los que entraba. Era un “objeto” que ocupaba un lugar secundario, y en ningún caso se iba a establecer un vínculo afectivo con él más allá de las normas de la amistad, la educación y las buenas costumbres. Para contarlo un poco todo, fue inevitable que esta persona intentara al poco “trascender” en la relación. Era su problema, es cierto, pero genera eso situaciones incómodas por todos lados, aunque no fue ni es esa la cuestión.
Comentario; otro día hablaremos desde el punto de vista de un tercero que entra en una relación, punto de vista del que, cachislamar, alguna experiencia también tengo. Así, a modo general, decir dos cosas sólo en plan brochazos; que es importante que no haya engaño y se explique bien por parte de quien introduce a otra persona en la relación (como fue este caso personal) y que el tercero haga suya una frase que siempre me ha gustado; "siéntate en tu sitio y nadie te hará levantar", frase que yo mismo también me he aplicado llegada la ocasión) .
Continuo;
No obstante, intenté canalizarlo lo mejor posible, ya que por las circunstancias propias de la relación no era justa mi actitud. Demoleré el posible suspense; no pude y llegué a la conclusión de que lo mejor era apartarme. Finalmente, por una serie de factores distintos a éste, la relación con el otro sumiso se tuvo que romper y no llegué a exponerle siquiera mi decisión a Zoe. Desde entonces, no se ha vuelto a dar una situación parecida. Puede que algún día vuelva a pasar, ya que, insisto, ella está en su derecho de hacerlo. Personalmente, me gusta creer que hay áreas que componen un mundo nuestro y exclusivo, pero no hay nada ni nuestro ni exclusivo en esta vida, menos cuando hablamos de personas y sentimientos. No vivo con miedo. También en este período la relación ha evolucionado en muchos aspectos. No me conozco lo suficiente para saber qué haría si se plantease de nuevo el caso, pero vamos, tengo la nada ligera intuición de que de nuevo, justa o injustamente, lo consideraría “ir a menos” en vez de “ir a más” y prefiero apartarme antes de estar mal y hacer estar mal. No estoy acostumbrado a ser sincero, así que lo dejaremos aquí.

Bueno; es de justicia entrar en algunas cuestiones que, de nuevo, me hacen quedar mal. Sería justo hacer referencia a una serie de deslealtades y engaños por mi parte como consecuencia de esa época un poco complicada. Ya he dicho que no lo supe llevar y cambió mi percepción de la relación. Ni estoy orgulloso, ni está bien ni es excusa; a día de hoy mi reacción sería más directa, pero si pudíeramos volver atrás con todo lo que sabemos ahora seríamos dioses.
Decía no se qué quien que con la aparición de los períodicos cualquiera podría ser periodista o lo que fuera y todo el mundo podría leer hasta el infinito sin nunca agotarse las letras jamás. Creo que fue Sartre. En esa época todavía no exitía ni internet ni los blogs como éste. Por que de haber existido, estoy seguro que Sartre diría que con 4 tochos como los míos ya vamos apañados. La semana que viene, para despejarnos un poco, nos vamos de locales. De locales sado, por supuesto.
Tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida.
Spirit de Zoe