Llevo tiempo dándole vueltas a un tema que no sé bien cómo abordar. Se trata de eso de “tener un nombre” en esto del bdsm. En realidad es uno de esos temas en los que sin que nadie me lo pida me meto en camisas de once varas y llamo a que me den de ostias hasta en el carnet del caprabo, o sea, uno de esos temas que me encantan. A ver cómo me sale. Por cierto; como no quería romperme los cuernos buscando fotos, he cojido las primeras que he pillado de mi archivo de fotos del OWK, que eso sí que tiene nombre y solera.
A ver…Tienen un nombre en esto del bdsm aquellos pioneros que han dado la cara y organizan o han organizado acontecimientos mil, arrastrando una trayectoria en estos mundos que hacen se les tome como referente. Es decir; tiene un nombre Dómina Zara, como profesional que salió a la padestra y como actual regente del FETISH CAFÉ, tiene un nombre Luis Vigil como editor y estudioso y tendría un nombre Jose María Ponce si hubiera contestado a los llamamientos para ser entrevistado en este blog, pero como no lo ha hecho le negamos el pan y la sal y que le den.
A un peldaño inferior, en mi opinión bastante grande, estarían luego aquellas profesionales que más o menos dinamizan el mundillo en la actualidad. Para que nos entendamos, las que salen por la tele cuando hay alguna cosa del tema y similar. Tengo unas anotaciones sobre un post futuro diciendo que el mundo bdsm de cara al exterior se mueve, nos guste o no, al entorno de las Dóminas de pago, pero esto es objeto de otro debate y ahora no toca. Tan sólo diré que aunque yo he sido y soy muy crítico respecto a algunos aspectos de esta cuestión, en verdad no es algo necesariamente malo. Bueno, la cosa es que en este grupo podríamos decir que entra dentro del negocio el “tener un nombre”, ya que ello acredita status, honorarios, ascenso a una clientela selecta, etc…Y es que no es lo mismo tener el Master del OWK expedido por la Reina Patricia que ser una puta de la calle Ballesta o del Raval, pero insisto, que ello no es nada malo y mientras no haya engaño todo es muy legítimo.
No puedo dejar de decir que sobre el verano del año pasado conocí a un grupo de ésta índole, de forma superficial, y la verdad es que la impresión general (con excepciones) es que si éstas son las mentes pensantes del mundo bdsm apañados vamos, pero bueno, aquí me tengo que morder la lengua y envenenar para no herir suceptibilidades porque tampoco es la cuestión, pero vaya panda (con excepciones) de gilip….Bueno, que eso, que a un nivel inferior tienen o buscan tener un nombre un grupo de profesionales que dinamizan el mundillo y que “dan la cara”.
En un peldaño casi paralelo tendríamos a un grupo de gente que también tienen algún interés económico en esto del bdsm y que, para ponerlos a todos en el mismo saco, podríamos decir que tienen un nombre (con comillas o sin comillas, da igual), pues escritoras como Valerie Tasso, la bloguera- escritora MIchalle O´Brian, los regentes de locales como el actual AMO TOTAL del Rosas5, etc…lo cual, repetimos, está genial y es perfectivamente legítimo, que cada uno hace lo que puede, quiera o le dejan para ganarse la vida y si encima lo pueden hacer en algo que les gusta o le atrae pues miel sobre hojuelas.
Y aquí hago un inciso y expongo la primera cuestión. De todas estas personas que tienen un nombre…¿cuántas en verdad son conocidas no ya por el común de los mortales, si no por los mismos practicantes del bdsm amateur? ¿Cuáles son las intervenciones memorables, los actos remarcables, los escritos o la ideología expuesta, las aportaciones valiosas a estos mundos…que forman su cv? Yo casi diría que fuera de un círculo de gente que se/nos movemos un poco, prácticamente nulas. E incluso dentro de estos mundos, la única aportación seria e intelectual a estos mundos es de Elise Suton, lo cual manda huevos.
Bien, sigamos, que además es a donde quiero en verdad ir. A varios peldaños por debajo de todo lo expuesto estamos las personas que practicamos/ vivimos/ nos gusta/ etc…esto del bdsm y no tenemos ningún interés económico ni lo buscamos. El grupo de mataillos amateurs entre los que me incluyo.
Y aquí haría una doble distinción, de nuevo en peldaños paralelos porque no considero que unos sean más que otros ni viceversa. Por un lado estaríamos las personas que nos movemos o nos exponemos en cierta medida, bien en blogs tan chulos como éste, bien participando activamente en foros y chats, bien porque nos apuntamos a un bombardeo y vamos a fiestas y saraos, bien por algunas de las cosas, bien por todas. Y luego estarían aquellas personas que llevan esto del bdsm en su intimidad y no se exponen al exterior ni aunque sea tras un Nick, y no participan en foros ni tienen espacios ni van a locales, etc…
Dentro del primer grupo, los que tenemos algún lugar donde exponemos pensamientos, inquietudes, deseos, neuras, etc…en sitios de mala muerte de internet (normalmente), y, a base de hacernos notar, vamos teniendo un círculo de conocidos, en un momento dado podemos “sonar” alguien, etc…
¿Tenemos “un nombre” (ahora sí que con comillas)?
Pues aunque siempre he dicho que soy un ególatra, un egocéntrico y me crea el ombligo del universo, yo lo tengo muy claro; SÍ por una cuestión y NO por otra.
Me explico mejor; cuando voy a algún sitio de estos mundos y a alguien le suena mi Nick o mi blog, la verdad es que me da un subidón de ego bestial y es una sensación más grata que follarme a Angelina Jolie. Lo mismo cuando alguien se pone en contacto conmigo, etc…Ya lo he dicho; aunque parezco perfecto soy un egocéntrico.
Pero aparte de que luego la realidad es tozuda y las facturas de final de mes me recuerdan mi lugar en el mundo, siempre me acordaré de que una de las primeras personas del mundillo bdsm que conocí era una auténtica referencia en el chat ozú (sala de Amos y sumisas) y todo el mundo lo veneraba como “lo más de lo más”. El Super Amo. La ostia en vinagre. Una leyenda.
Cuando lo conocí en persona, me dijo el cómo había llegado a ése status; “claro, es que estoy en el paro y me paso todo el puto día metido en el chat a ver si al menos pillo cacho”. En el paro cualquiera puede estar en cualquier momento, y más en los tiempos que corren, no es la cuestión el cómo le fuera la vida en ese momento. La cuestión es que para tener un nombre en el chat, y expándase esto a internet en general…basta estar todo el puto día ahí metido y a la larga a alguien le sonarás. La cuestión es que el tipo, al que por desgracia he perdido la pista, tenía una ideología del tipo “oye, tú para ser sumiso piensas”. La cuestión es que el tipo, pese a que me cayó bien y tenía un buen trato, dejaba bastante que desear. Y entonces me fijé un poco más en sus intervenciones y ví que apenas hablaba salvo para decir lo básico y evidente.
Dicho así me recuerda también a que hace poco conocí a un tipo que, éste sí, no tenía dónde caerse muerto y si fuese psiquiatra haría un manual en exclusiva para él. Pero este tipo me dijo que era el rey de un juego virtual cuyo nombre ni conozco ni me acuerdo ni creo que pueda pronunciar, y lo dijo vanagloriándose de lo mucho y bien que jugaba a un juego que yo desconozco y ni me importa. Pero el tipo se creía alguien e incluso tenía una legión de seguidores en Bulgaria o algo así que se mataban por jugar con él y tal. Y lo decía como si fuese el mismo Maikel Jackson y estuviese bailando Thriller.
Pues este tipo de “tener un nombre” es lo que debemos evitar. La irrealidad entre una frontera (nuestra afición) y el mundo exterior.
Pero he dicho antes que SÍ, que en cierta forma tenemos un nombre…pero no es esa la forma correcta de expresarlo. A mí me gusta pensar que tenemos una utilidad. Expuesto esto como que no debemos despreciar nuestra propia voz ni dejar de buscar los logros que pretendamos.
De nuevo me expresaré mejor poniendo un ejemplo. Ahí fuera hay una comunidad bloguera y de internet que se mueve y que nos dan mil vueltas, en cuestión de mentalidad, a nosotros los señoritos del bdsm. Hay una comunidad de telespectadores, por ejemplo, que si consideran que en LA NORIA no debería salir la madre de un delincuente cobrando 10.000 euros lo dicen y hacen un llamamiento a los anunciantes para que boicoteen ese tipo de programas. Y si eso pasa, celebran sus éxitos y se enorgullecen de ellos. Y lo mismo para…yo qué se…los usuarios de la telefonía, los lectores de tebeos, los seguidores de cine, etc….
Un movimiento como el 15-M, sin ir más lejos, empezó con un grupo de gente siendo conscientes de que tenían los medios para intentar cambiar las cosas o, cuanto menos, hacerse oir.

Hay blogs de lectores de tebeos que yo sigo y que gracias a las recomendaciones de sus autores yo he descubierto verdaderas maravillas que de otra forma se me hubieran pasado desapercibidas. Hay espacios donde se recomiendan libros, series de la tele, películas. Hay…en fin; hay gente aficionada, de lo que sea, que se implican en lo que les gusta y lo que creen. Y lo defienden, y lo divulgan, y hablan sobre ello porque buscan compartir su pasión.
Este es el “tener un nombre” que a mí me gustaría tener. Sin egos ni gilipolleces ni intereses. El defender algo que me gusta, el divulgar algo que yo creo debe conocerse. Y el tener un espacio donde denunciar lo que no me gusta, o exponer las cosas que discrepo. Y todo ello desde la sencillez, y la ilusión y la humildad. Para mí, esto es tener un “nombre” dentro del bdsm. Ser un matao que hace lo que le gusta sin preocuparse de nada más. No decir soy el puto rey del chat porque me paso el día en él sin nada que aportar.
Releo lo escrito y no sé si ha quedado claro lo que quería exponer, pero si no es así pues…no sé exponerlo mejor. En todo caso da igual, el post de la semana que viene será mejor. Y, por cierto, como me han recomendado que cambie la despedida, que está muy vista, diré que recuerden; el miércoles tendremos la bedesemeniada de rigor y….vayan a por ellos antes de que ellos vayan a por nosotros.