“La
coincidencia es el lazo secreto que une al mundo, Boston Brand….¿has estado
muerto todos estos años sin saber eso?” (Alan Moore, THE SWAMP THING SAGA).
Yo la conocí
como Nina, aunque su Nick más habitual era Canela. Tenía otros muchos que he
olvidado y supongo que muchos más que nunca supe. Su nombre real no importa,
claro. Sé que se burló despiadadamente de mí en al menos tres ocasiones. Puedo
demostrar más allá de toda razonable que me engañó en al menos otras tres. Jugó
conmigo y con mis ilusiones, me dio una de cal y montañas de arena, nunca supe
lo que quería y, aunque la conocí gracias al bdsm, llegué a la conclusión que
éste no le interesaba una mierda. Por lo que luego he sabido y/o deducido, es
una de esas personas que en otras circunstancias no me hubiera acercado a ella
ni con un palo, y creo que el sentimiento es mutuo.
Leyendo el
párrafo anterior, puede parecer que este será un escrito destroyer donde voy a
descargar mi mala bilis y toneladas de frustración. Pero nada más lejos de la
realidad. En mi fuero interno, le tengo una gran estima a Nina y durante un
tiempo fuimos buenos amigos. Le debo el estar aquí y nunca se lo podré pagar.
Como ya saben
todos aquellos que hayan leído la frase introductoria, la coincidencia es el
lazo secreto que une al mundo. Pequeños actos nimios que nos llevan en una
dirección o en otra y que ni siquiera percibimos. Los lectores de tebeos
sabemos mucho de esas realidades alternativas en las que por cruzar por un
sitio en vez de por otro te atracan y te mueres o encuentras a la mujer de tu
vida o algo así. Normalmente lo que pasa es nada, que simplemente has cruzado
por un sitio en vez de por otro, pero a veces…a veces la coincidencia une al
mundo. Tu mundo, al menos.
Ella fue la
primera persona que me hizo caso en un chat. Y ello fue lo que me incitó a
volver. Y ello fue lo que me hizo ilusionarme. Y, como suele decirse, el resto
es historia. Una historia que no cabe contar aquí. Contemos la que toca, que es
la suya, la mía, la nuestra. Una
historia que cambió mi vida, pero que en verdad se puede resumir en un
tuit.
La cosa fue
más o menos así; hace 14-15 años yo iba por todos los chats de mala muerte (e
incluso de buena) que tuvieran algo que ver con el bdsm buscando Ama y
recibiendo por igual ignorancias varias, llamadas más o menos educadas a que no
fuera tan patético y, en el mejor de los casos, un “chaval, no molestes”. Todos
hemos empezado de alguna forma. Nadie me hacía caso, lo cual a día de hoy
comprendo perfectamente. No se puede ir así por
la vida (o por los chats) pero oye, era joven y tonto. Lo segundo lo
sigo siendo, pero he aprendido a conversar mejor. A lo que iba; si tenéis en
cuenta que a finales de los 90 todo el que sabía de informática y tenía un
garaje creaba un chat, ya os podéis imaginar que la lista de sitios donde me
aburría o me rechazaban era bien grande. Pero no iba a desistir; quería
encontrar a alguien que tuviera estas fantasías sí o sí y lo iba a hacer. Tenía
tiempo y esa determinación que da la inconsciencia.

Y lo fue
porque un día que entré en dicho chat una mujer, de Nick Nina (por eso CANELA
siempre será para mí Nina), al escuchar mi patético llamamiento de “soy sumiso
y busco ama en Barcelona” contestó. Bueno, contestó algo así como “ah, si? Y
qué tipo de sumiso eres?” o no sé qué. No lo recuerdo bien y estoy seguro que
lo hizo porque o bien estaba aburrida o bien quería cachondearse un poco de
este pringado que acababa de entrar. La cosa es que yo hace 14-15 años me
ilusionaba, capacidad que he perdido con la edad para mi desgracia. Para acabar
de contarlo todo, era por la mañana, yo estaba de vacaciones o algo así y en la
sala no había más que dos o tres mataos.
No recuerdo lo
que le contesté, seguro que no fue nada memorable ni ingenioso ni estupendo. A
día de hoy no sería ni un tuit de segunda de la gente que se pasa todo el día
en twitter. Pero luego ella me preguntó alguna otra tontería y seguro que le
respondería alguna otra tontería y creo recordar que al cabo de pocos minutos
dijo algo así como “me tengo que ir, si quieres nos vemos mañana aquí sobre
esta hora”.
Y claro, yo al
día siguiente estuve allí como un clavo. Ya he dicho que era joven y me
ilusionaba con todo. No puedo asegurar si apareció ella o no. Seguramente no. Pero
yo estaba dispuesto a pasar todo el tiempo posible en ese mierda chat hasta que
volviese a coincidir con ella.
El proceso que
viene después es difuso. Pasé bastante tiempo en ese mierda chat hasta
integrarme en él. Fui cambiando mi coletilla de “busco ama y tal” por una
cierta conversación. Fui conociendo gente, entre ellas un sumiso cachondo de
Madrid que me enseñó todo lo que sé y que se resume en tomar tan en serio el
bdsm hasta que puedas reírte de él. Hice amistad con un tal AMO, y 14 años
después me sigo tomando cervezas con él cada semana. Y conocí a una rubia de
nada ligero acento andaluz que a día de hoy sigue siendo mi último pensamiento
el minuto antes de dormir. Y….en fin; que fui hablando con gente y ya no entraba por si
veía a Nina, si no para pasármelo bien.
Pero coincidí
con Nina, por supuesto. No recuerdo si pasaron unos días o alguna semana. No
fue mucho, eso sí. Se acordaba de mí. Me dio su número de teléfono y me dijo
que estaba casada (vaya, los sumisos no somos los únicos hijosdeputa que
engañamos a la pareja). Nos enviábamos mensajitos y a mí me hacía mucha ilusión.
Creo que lo hizo porque me vio un poco integrado en ese sitio y bueno,
este chaval parece tan tonto que debe
ser inofensivo. No puedo probarlo, pero estoy seguro que a veces me entraba con
otro Nick para cachondearse un poco de mí o ponerme a prueba, aunque no sé bien
de qué. Recuerdo un Nick llamado Glauca que me dio una caña tremenda y a la
semana siguiente a alguien decirme que detrás de ese Nick estaba Nina/Canela.
Cosas de los chats, qué le vamos a hacer.
En todo caso,
fue ella la primera que me habló de un local de mala muerte semi-clandestino
que algunos usuarios del chat habían creado donde Cristo dio las tres voces. Me
prometió avisarme la próxima vez que fuera y yo soñaba con esa opción.
Un día ella
fue pero no me avisó. Bueno; me avisó con un mensaje a las tres de la madrugada
que vi al día siguiente y que casi muero de frustración al leerlo. Algo así
como “he estado en el local de Mara y te he echado de menos”. Y yo me pregunté;
“si me has echado de menos por qué no me has avisado?” Supongo que entonces vi
que no podía contar con ella. Da igual; ya estaba dentro. Otros usuarios del
chat me lo mostrarían.
El cómo fui al
local de Mara por fin y cómo conocí allí a mi primera Ama (no profesional) es
otra de esas historias que no caben contar aquí y que serán objetos de nuevos
capítulos de esta emocionante serie. Pero sigamos con nuestra historia.
En nuestra
historia Nina y yo desarrollamos una cierta amistad a través del chat. Al poco
yo estaba perfectamente integrado en el grupo y la faceta de “proyecto de amantes
clandestinos que se envían un mensaje de vez en cuando” se fue diluyendo. Creo
que fue culpa mía, que derivé hacia otras personas que me daban más cuerda. O
igual fue culpa suya, que tenía un punto de inconsistencia que no le acababa de
pillar. La cosa es que fui haciendo un grupo majo de gente del bdsm. Algunos
serán también objeto de esta serie porque les he perdido la pista. A otros,
muchos, los llamo a día de hoy amigos y los sigo viendo 14-15 años después,
como ya he dicho.
Nos seguíamos
viendo en el chat y nos seguíamos llamando de vez en cuando. Dejó de ser un ser
abstracto cuando después de algunos meses la conocí en persona. Quedamos para
comer y vi a una mujer de mirada felina, aguda inteligencia y gran saber estar.
Me encantó conocerla en persona, pero por aquel entonces yo ya estaba en otros
derroteros y ella supongo que también. Siempre he tenido la impresión de que ella
pensaba, al menos al principio, que era un pringao más del que no volvería a
saber y que se encontró con algo que no esperaba; un pringao, sí, pero con
capacidad para relacionarse y decir cosas.
Nos volvimos a ver dos veces más. El tiempo es difuso, pero yo
diría que estoy hablando de un período de algo menos de un año. No sé si cometo
una indiscreción si digo que en el último encuentro tuvimos una especie de
sesión. Creo que no, porque había más gente y porque sé que ella misma lo ha
dicho. No fue bien, he de añadir. Creo que ella buscaba otras cosas ajenas al bdsm, y a mí, como se diría por aquel
entonces, lo vainilla me sabe a nada. Creo que ella es lo suficientemente
inteligente para comprender la magia del bdsm, pero demasiado hedonista para
sentirla. O quizás, la sintió, pero no conmigo y no esa noche. No lo sé. Igual
sólo buscaba una emoción en el bdsm y yo no era lo suficientemente emocionante.
Repito, no lo sé.
Tuvimos buen fill in, pero estábamos en diferentes órbitas. Le
hice un poema el día después, que todavía conservo. Fue un poema sentido,
porque me sabía mal que ella no hubiera disfrutado lo que esperaba. Luego me
han llegado algunos comentarios sobre ese encuentro por su parte que creo que
sobraban, pero no se los tengo en cuenta porque soy buena persona y porque con
los años he desarrollado una capacidad de pasar de todo acojonante.
Esta emocionante historia llega ya a su final. De forma natural,
dejamos de ir entrando en el chat. El local de Mara cerró. Cada uno fue yendo
por su lado poco a poco. Los grupitos mantuvimos el contacto de alguna forma,
pero la vida siguió. Yo entré en una relación intensa y emocional que marcaría
mi vida y ella no sé lo que hizo o dejó de hacer.
Todavía recuerdo nuestra última conversación. Fue hace 8 años o
por ahí. La llamé para felicitarle la navidad o algo así. Me dijo que estaba un
poco apartada por temas familiares o similar. Me habló de algo que había salido
más o menos nuevo llamado blogs y me animó a crearme uno. Que escribía muy bien
y eso no debía perderlo. Quién sabe; quizás fue el germen de este espacio.
No he vuelto a saber de ella. Cuando he preguntado, algunos viejos
usuarios me han respondido con generalidades, pero nada concreto. Supongo que
seguirá con sus cosas, pero en otros ámbitos
más fructíferos.
No creo que lea estas líneas y, es más, no sé si quiero que lo
haga. Lo releo y no estoy seguro de que refleje el aprecio que en verdad le
tengo, pero oye, tenía que contarlo todo. Si me lees, Nina, quiero que sepas
que sí, que te aprecio. Que fuistes el acto que originó todo lo que vino
después, aunque no fuiste consciente de ello, y nunca te lo podré agradecer
bastante. Que sí que tuvimos buen fill in y una sana amistad, aunque fuéramos
en ondas diferentes. Que gracias. Que espero que te vaya bien y seas feliz. Que
espero que hayas encontrado lo que buscabas, yo lo hice y fue gracias a ti. Que
sé que eres muy inteligente y buena persona, sólo que yo no pude seguir el
ritmo. Quizás fue culpa mía, que no supe, no vi, no intuí. Quizás estaba
escrito que tu papel fuera encaminarme por el sendero, pero el resto era cosa
mía. Quizás mi papel en la tuya fuera hacerte aquel poema y poco más. No lo
sé…es tan misterioso el jardín de los senderos que se bifurcan…Pero gracias, de
verdad.
Para la semana que viene está prevista una entrevista, pero ya
sabemos que el futuro es aquello que esperamos hacer y luego pasan otras cosas.
En todo caso, recuerden que a lo largo de la semana la idea es subir una
BEDESEMENIADA, que estamos que lo petamos, y sea entrevista sea nueva ida de
olla, de algo hablaremos. Hasta entonces, recuerden que el mundo no terminará
con una gran explosión, si no con un gemido.