Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, que cantaba la zarzuela. ¿Ha cambiado el mundo gracias a internet? No creo. Al menos no profundamente. Y lo que ha cambiado...¿ha sido para mejor? Pues tampoco lo tengo claro. Ha hecho algunas cosas más cómodas, eso sí, pero tampoco para superar a aquel que se le ocurrió empañar la pechuga de pollo. ¿Ha cambiado las relaciones en general? Aquí pondremos un rotundo sí. ¿Y las bdsm en particular? Aquí haremos el sí más grande. ¿Para mejor? Pues lo vamos a debatir también.
Quien más o quien menos ha visto alguna de esas nada entrañables películas de Alfredo Landa de los últimos años del franquismo, donde los españolitos iban a Perpiñán a ver “El último Tango en París” o a comprar revistas porno. Al ver a una mujer algo destapada, Alfredo Landa hacía bailar los ojos y se desmayaba, mientras su parienta o novia de toda la vida (Lina Morgan, Gracita Morales, qué más da), que se había quedado en el pueblo, le ponía a parir por guarro y pervertido al imaginarse lo que estaría haciendo. Ni que decir tiene que la tal novia vestía suéter de cuello alto, manga larga, falda de tubo hasta el pie y un crucifijo que besaba con fruición ante cualquier atismo de algo que huela a pecado. Al llegar la democracia, se pensaba que iban a salir neo-realistas como en Italia y se iba a hacer un cine comprometido y social. Pues no; se hicieron españoladas donde salían tías enseñando las tetas mientras Fernando Esteso las perseguía. Y esta es nuestra cultura sexual.
Un inciso para aquellos que no me lean desde España y no cojan la referencia (es que este es un blog internacional); cojed al cómico más casposo, grosero, zafio e inocurrente que tengáis en vuestra tierra y sustituid su nombre por “Alfredo Landa” y “Fernando Esteso”, por mucho que éste primero posteriormente demostrara ser un buen actor.

Con este panorama, hablar de bdsm en nuestro país era como hablar de física nuclear a un campesino de Gambia. Si alguien tenía estas inquietudes, a pegarse cabezados contra la pared. Vale, con la transición y tal llegó cierto liberalismo sexual. Pero...¿a quién le podías decir que te gustaba que te atasen y pegasen? ¿Dónde podías encontrar gente afín? Los gays tenían sus sitios, tipo los lavabos de la remfe y demás (lo sé por que es memoria histórica, incultos, no por que yo haya ido,...), pero...¿y los sado masoquistas?
Si, vale, la necesidad hace el órgano. Una Ama amiga contaba como en sus años mozos iba a la biblioteca a ver quien era la última persona que había cojido algún libro de Sade o similar, por supuesto en tiempos en que había fichas en los libros de préstamo y no códigos de barras como ahora, con el fin de “encontrarse” por casualidad con esa persona. Pero resumiendo; si tenías fantasías bdsm, tenías las mismas posibilidades de encontrarte con gente afín que un seguidor de Star trek de ligar en un pase de modelos. Incluso los frikies, si querían debatir quien era más fuerte, si La Masa o La Cosa (pregunta absurda donde las haya, por que todo el mundo sabe que no hay nada más fuerte que Hulk), tenían sus correos al Dr. Átomos, sus encuentros en el mercado de Sant Antonio, sus librerías de frikis y sus rutas de kiosko.
Me cuentan que había algunos contactos aquí y allá, asociados a gente pudiente que exploraba este vicio en chalets privados y tal. Y supongo que habría prostitutas con tarifas especiales también, que de eso siempre hay, ha habido y habrá. Pero vamos, tenías que conocer a alguien que conoce a alguien, tener cierto nivel social y estar dentro de un círculo muy cerrado. Y no se si te harían también pruebas de iniciación a La Logia del Placer o lo que fuera. Aquí todos somos gente normal con fantasías, no la sociedad de Los Iluminatti. No nos vale que unos cuantos burgueses se aburran y experimenten.
Y entonces llegó internet, (por llegar me refiero a que se hizo algo más o menos habitual) hace mucho, mucho tiempo. Tanto como...unos diez años? Si fuera una persona, sería todavía impúber. Y todo cambió.
Alfredo Landa ya no tenía que viajar a Permiñán para ver tetas. Ni siquiera bajar al quiosco de la esquina a comprar revistas porno. Lo tenía, lo tiene, todo a un sólo click. E incluso Lina Morgan, o Gracita Morales, qué más da, ya no llevaba falda de tubo si no vestido del Zara y había mandado el cruficijo de los pensamientos impuros a paseo mientras fumaba sus ducados.¿Y el que tenía estas fantasías oscuras, avergonzantes, de las que no se atrevía a hablar y de las que apenas tenía alguna foto en la revista TACONES ALTOS y poco más?¿Sabía ya la dirección de la Logia? Pues no, algo mejor; tenía a un sólo click páginas y páginas sobre el tema.
Y, pasada la fiebre que había que pasar (por que bueno, todo el que tiene internet y es hombre ha de pasar una fase “Pongo Pamela Anderson en google a ver que sale -su biografía, por ejemplo-” o ni es hombre ni es ná), tenía además lo más importante; la posibilidad de conocer gente afín.

Por que el verdadero valor de internet es que es un catalizador de afinidades. Y encima te ampara el anonimato, que detrás de una pantalla somos todos muy valientes, por lo que si me da vergüenza hablar de algo me pongo el nick de ESPIDERMAN y nadie sabe que soy Bonifacio Feldespato Pérez, ilustre notario de VillaRemuelas.
Internet ha cambiado el bdsm. Lo ha hecho más accesible. Ya no se trata de círculos cerrados susurrados en las noches de luna llena. Ha democratizado el acceso a estas fantasías. No hasta el punto de hacerlas cotidianas y normales, pero sí al menos de que quien tenga estas inquietudes conozca a gente que también las tiene, pueda leer y hablar del tema, pueda incluso ligar y pueda incluso ver que entra gente por mera curiosidad y se queda. Qué bonito, no? Pues no. Todo anverso tiene su reverso, toda luz su oscuridad y todo bien su mal.
Se queja “la vieja guardía” del bdsm que ahora nos lo dan todo hecho. Que ellos se pateaban librerías de viejo y lugares de contrabando sólo para conseguir un pin-up de Betty Page y hoy en día cualquier cantamañanas se levanta un día con un calentón, se conecta por error al chat mazmorra y ya va diciendo que es Amo y que quiere una sumisa para educar. Que no sabemos lo que es sufrir la clandestinidad, leer libros prohibidos y trabajar y pensar y descubrir y explicar y buscar. Que internet ha devaluado el bdsm y lo único que hay es gente, en todos los roles y sexos, que lo único que quieren es condimentar un polvo y por que se han leído cuatro líneas en un blog ya piensan que lo saben todo sobre estos mundos.
¿Internet ha devaluado el bdsm? Puede que sí. Efectivamente, cualquiera que se tope con algo de esto y le llame la atención ya es “algo” a los 2 días. No hay un proceso de aceptación, de auto- conocimiento, ni de búsqueda, ni sacrificio ni penurias, etc...ni siquiera hay una pureza; aquí cada uno es sumiso/a o Ama/o según la doctrina que le convenga, y normalmente no le conviene más que condimentar un polvo. Bien, lo aceptamos. ¿Es eso malo? Bajo mi punto de vista, para nada. Y no sólo por que a mí los polvos, condimentados o no, ya me parecen bien.
Pondré un ejemplo para que se entienda mejor mi postura; se quejan nuestros abuelos de que ahora el pollo ni sabe a pollo ni sabe a ná. Pero pese a la crisis aquí quien más o quien menos come caliente 3 veces al día. ¿Es mejor tener pollos auténticos pero que el mundo pase hambre? ¿Es mejor que Alfredo Landa tenga que estrujar el 600 para irse a Francia por que así será un pornógrafo de calidad y no uno de baratijas que ni siquiera se deja los ahorros en ver “El último Tango”?¿Es mejor que el gay vaya a los lavabos de la remfe y tenga miedo a recibir ostias o que tenga a su dispoción miles de bares y discotecas?

Ya habrá una selección natural entre afines, dejad de dar carnets de Amos/as o sumisos/as. Si “x” quiere un bdsm vainilleado, ya encontrará a “y” que también lo quiere así. Y si se topa con Elisse Sutton, pues a los dos minutos se dirán “no llames tú, que ya llamaré yo” mientras borran el número en el móvil.
Pasan más cosas con esto de internet. Por un lado, el exceso de información. Por que todo el mundo sabe y expone verdades absolutas. Algunos, como yo, desde un púlpito y con las tablas de Moisés en la mano. Y así, mientras una persona que, por ejemplo, tenga inquietudes sumisas, puede leer en un blog que ha de comportarse de formar servil y priorizar el placer del otro/a por encima de todo y puede leer en algunos espacios miserables (como este) que los sumisos buscamos nuestro propio placer y que la verdadera sumisión ondea el lema quid pro quo en su bandera. ¿A quién creer? ¿Qué hacer? Vamos a ver, niños, ¿no somos todos grandes? ¿No se supone que estos espacios son de adultos? Pues seleccionad la información y formaros un criterio. Esa es la responsabilidad de cada uno. Vale, todo tiene un proceso. No se puede asimilar y procesar todo en un día. Pero pensar, conoceros, sabed lo que queréis y obrad en consecuencia. Y, por supuesto, hacedme caso a mí.
Y aquí enlazo con otra cosa de internet; las prisas. La inmediatez. Lo queremos todo y lo queremos ahora. Sí, suena genial esto del bdsm, ponte la cam y hacemos una sesión. Pues no, esto del bdsm es un poco más delicado. No basta con leer la contraportada de “Historia de O” para entenderlo. Desarrollamos muchas fibras sensibles, tocamos cosas muy delicadas. Y por eso hay que informarse un poco antes y conocerse bien antes. Por que claro, tampoco es cuestión de practicarlo así como así con el primero que pasa de la primera forma que se nos ocurre. Siempre digo que se conoce más a la gente en un café de diez minutos que en semanas de chat y semi- cíber.
Y aquí enlazo con el tema de que internet es una fuente inagotable de capullos que engañan y se hacen pasar por lo que sea. La persona disfrazada (el nick) habla con toda libertad y luego que salga el sol por Antequera. En realidad el Doctor Jeckil no tomaba ninguna pócima; se iba a un sitio donde nadie lo conociera.
Y no hablo ya de los vampiros emocionales, ni de la gente que embauca a gente con problemas para sus fines, ni de capullos que comen el coco, ni de mitigar la soledad, ni de...ni siquiera hablo de delincuentes y psicópatas por que tampoco es eso, que no estamos en norteamérica. Pero ojo! No le echéis la culpa al medio, si no al fin de quien lo usa. Cada uno es responsable de sus actos. El cuchillo sirve para cortar la carne con las recetas del Arguillano y para matar por la espalda. Pero quien mata o cocina es la persona que lo lanza, no el cuchillo.La única receta que se me ocurre es mirar hacia atrás a la par que caminamos y comprobar si es un tufo a comida o sólo vemos resplandecer una hoja de metal.
Pues vaya panorama, no? Devaluación del bdsm, engaños, comidas de coco y prisas. Y sin embargo, la balanza se decanta con mucho hacia el bien. Internet es un invento genial y le ha ido de puta madre a estos mundos del bdsm.
Por que gente que tenía estas inquietudes y no las podía canalizar ahora puede. Por que gente que de otra forma no se hubiera acercado a estos mundos lo ha hecho. Por que incluso los que no consideramos “serios” algo han aprendido. Por que es un avance para poder ver estas fantasías con relativa normalidad. Por que en el fondo lo que buscamos es ser felices, y ya habrá una selección entre afines. Por que más vale un exceso de información que no tener ninguna. Por que no queremos ser el Alfredo Landa de las películas. Por que podemos pillar cacho, que al fin y al cabo es lo que importa. Por que conocemos gente interesante, e incluso amigos. Por que sabemos donde buscar. Por que encontramos. Por que está este blog y su sabiduría infinita. Por que un día una mujer entró en un chat y descubrió el bdsm y lo aceptó y se hizo Ama y nos conocimos y la quiero. Por que nos podemos meter frankie y yo con los escritos de Elisse Sutton. Por que si el conocimiento causa problemas, la ignorancia no los resolverá. Por que no hay nada que consuele más a alguien que el saber que otros alguienes han pasado por lo mismo. Por que incluso el que haya tenido una mala experiencia no puede echarle la culpa a internet, que no es más que un medio. Somos responsables de lo que hacemos. Por que nos divertimos. Por que se encuentran fotos como las que ilustran este post a trillones. Por que queremos comer 3 veces al día. Por que el bdsm ha de ser democrático y accesible, para sociedades secretas ya tenemos los libros de Dan Bronw. Y por esa y por muchas razones más, internet ha cambiado, de forma harto positiva, las relaciones en general y las relaciones bdsm en particular. 
Yo tengo 35 tacos. No soy viejo, pero me ha dado tiempo a vivir las dos épocas; mi peri-patética adolescencia de angustia vital sin ninguna información sobre estos juegos y ningún medio de acceso y la época de ahora, empezada hace unos 9-10 años. Y, qué quieren que les diga, entre aprender y tener amigos del tema y tener Ama y conocer gente y divertirme y escribir y tal y viajar a Perpiñán (que en mi caso eran las profesionales de los períodicos) pues....pues que no hay color.
Pensándolo bien, creo que internet es un invento que sí podría rivalizar con empañar un filete de pollo. Salvo a la hora de cenar, claro.
La semana que viene experimento habemus; en vez de un post largo el viernes, uno corto cada día, de lunes a viernes. ¿La razón? Nos vamos al cine y las películas, mejor de una en una.
Hasta entonces tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida.
Spirit de Zoe