jueves, 17 de noviembre de 2011

EL OTRO DÍA VÍ A LA MARY...

Os prometí un recuerdo y yo, tarde y mal, siempre cumplo mis promesas. No es un recuerdo ni bdsm ni especialmente interesante, pero...es mi recuerdo.

El otro día ví a la Mary.

La Mary era una cajera del supermercado que había cerca de mi casa y que se puede considerar mi primer amor número 7. Hagamos cuentas; el primero puede que fuera la Madrastra de Blancanieves. El segundo puede que fuera el personaje de Pauloka de los programas infantiles. El tercero quizás sería la niña aquella por la que me dejaba pillar jugando al pilla-pilla en párvulos. El cuarto la Catwoman de los tebeos de Batman. El quinto alguna pelandrusca que he olvidado pero seguramente estará entre una entrenadora de las clases de balonmano a las que me apunté por error o mi prima Amparo. El sexto Diana, la mala de V. Y el séptimo La Mary. Este orden no está muy claro, ya que la mente infantil confunde el tiempo con facilidad, pero por ahí andará.

Yo tendría por tanto unos ocho años cuando iba con mi madre a comprar. Fuerte nunca he sido, pero gordo siempre, y eso se traducía en que yo portaba la compra de peso. Los tambores de detergentes y esas cosas. La Mary era, como hemos dicho, una cajera que tendría unos 18-19 años, si llegaba, pero a mí me parecía una mujer tope mayor. Tenía 8 años, y ya había desarrollado mi predilección por la madurez.

La Mary tenía un aire a lo Bette Davis. Mirada lángida, ojos penetrantes, porte misterioso pero señorial. Claro, que todo esto filtrado por el recuerdo. Seguramente su mirada lánguida era el equivalente a “estoyperdiendomividaenestemierdadetrabajo”, sus ojos penetrantes  serían de cansancio y el porte misterioso, con una bata azul de uniforme, fruto de mi imaginación. La cosa es que yo no sabía quién era Bette Davis por aquel entonces. Lo dijo mi madre: “mira, esa cajera se parece a Bette Davis”, y yo me quedé igual. Pero como por aquel entonces la tele era buena y echaban películas en blanco y negro, al poco ví una protagonizada por ella y ví que era verdad. Se parecía un montón. Oye, lo había dicho mi madre y una madre nunca se equivoca.

La Mary me molaba un montón. Quizás por esa belleza poco convencional, como la propia Bette Davis. Siempre que podía, me ponía en su cola. Si iba con mi madre y me decía algo simpático, como “ala, que fuerte eres, que puedes con todas esas botellas” a mí ya me podía dar una hernia que las alzaba como un campeón. Si iba sólo, de estas cosas del tipo “niño, baja al supermercado y traete un bote de tomate, que se m´ha olvidao” no permitía que fuese otra quien me cobrase.

Era un amor puro y blanco. Ni siquiera pensaba en ella en término de bondages ni látigos porque todavía no había desarrollado del todo esos conceptos. En esas gilipolleces que piensan los críos de 8 años, imaginaba que atracaban el supermercado y le salvaba la vida recibiendo por ella una bala traicionera. Ya lo he dicho; tenía 8 años. A día de hoy una leches iba yo a recibir una bala por nadie, anda ya, pero con 8 años la hubiera recibido por La Mary.

Nuestra relación duró algunos años, aunque no puedo precisar exactamente cuántos. A mí cada vez me daba más pereza ir con mi madre a comprar y no digamos ya hacer los recados. Así que me fui escaqueando y poco a poco el Spectrum 48 k fue ocupando cada vez más mi tiempo. Ningún amor es eterno. Total; yo estaba dispuesto a recibir una bala por ella y ella tan sólo me correspondía dejándome colar si sólo llevaba un producto, no era una relación proporcionada. 


Un día, simplemente, desapareció. No me dí cuenta de forma inmediata, por aquello de que las cajeras hacen turnos y lo que he contado de que cada vez iba menos. Es más; como siempre he sido lento, puede que cuando me diese cuenta hubieran pasado ya algunos meses desde que se fue. Me sentí triste cuando constaté que así había sido. Mi amor de los 8 años desapareció y no pude ni despedirme de él.

Puede que encontrase otro trabajo mejor. Puede que simplemente se casara y decidiera que para aguantar marujas que se cuelan prefiere estar en casa haciéndole los macarrones a su esposo. Puede que la echaran porque, sin darme cuenta también, cada vez iba menos gente a comprar allí.

No sé si al poco o al mucho, pero un día también desapareció el supermercado. Eran otros tiempos y las grandes superficies empezaron a dejar de ser algo anecdótico para transformarse en el centro de nuestra existencia. Pusieron una tienda de electrodomésticos que aún sigue, aunque ha cambiado de marca un par o tres de veces. La vida también siguió y el niño de 8 años fue creciendo. Descubrió las mujeres el alcohol, el sado, que hay que trabajar para pagarse todo eso, etc...y puso a La Mary en el rincón de la nostalgia donde se confunde la realidad y la fantasía.

Hasta que el otro día la ví.

No había cambiado nada. Bueno, algo sí que había cambiado, claro. Han pasado más de 25 años y en algo se tiene que notar. Para mi gusto, ha cambiado para mejor. Tiene más culo, que le hacía falta. Pero se conserva bien y en nada se parece a una de esas marujas que cobraba. Yo diría que puede pasar perfectamente por una cuarentona, pero dado que el cuasi cuarentón soy yo no me salen las cuentas. Mantiene ese semblante a lo Bette Davis impoluto. Vive en mi misma ciudad y en honor a la verdad la había visto alguna que otra vez, pero hace tiempo y de lejos.


Estaba yo en un bar (qué raro) tomando tapas y se puso en la mesa de al lado con el marido. Bueno, supongo que sería el marido, claro. Me quedé mirándola mientras se metía ora una de chocos, otra una de bravas, con esa elegancia que sí recordaba. Porque quien es elegante, lo es hasta para comer bravas. En verdad su semblante a lo Bette Davis no era tan sólo por los rasgos de su cara. Tiene ese magnetismo enigmático, esa sutiliza y finura, propia de la diva. Observé que no hablaba mucho con el marido y que éste tenía una pinta de bastante más viejo y estropeado.

No le dije nada, no me atreví. Ignoro si ella me reconoció. Ignoro simplemente si se acordará de mí. Puede que ninguna de las dos. Verme me tuvo que ver por fuerza, porque no sólo estaba a su lado si no que me quedé mirándola con un descaro que rayó la mala educación. Pero lo pude disimular a tiempo y la cosa no llegó a mayores.

Estoy esperando a ver si me la encuentro otra vez, a solas. Si más o menos sé por dónde se mueve, tan sólo es cuestión de tiempo. Le abordaré con mi simpatía habitual y le recordaré viejos tiempos. He ensayado ante el espejo lo que decirle: “¿Oiga, perdone, bueno, te hablo de tú porque eres joven, eres La Mary y trabajabas en tal supermercado hace 20 años? No sé si te acordarás de mí, yo era aquel niño regordete que siempre llevaba un tebeo y tal..”. A la mínima que me siga el rollo, estoy seguro de que sucumbirá a mis encantos. Le diré que qué bien se conserva y tal y con eso cae seguro.  Lo cierto es que ese culo que se le ha quedado me encanta, hace un juego estupendo con su cara a lo Bette Davis.

Y en estos pensamientos estaba cuando me he dado cuenta de una cosa. El chaval de 8 años estaba enamorado de La Mary y estaba dispuesto a salvarla de un atraco. El hombre de 37 de hoy está pensando en tretas para llevársela al huerto.


Y me deprimí un rato.

14 comentarios:

Tesa dijo...

Perder la inocencia de aquellos 8 años... ganar culo...
Somos otros.

Anónimo dijo...

Que conste que como la entres dándo tal cantidad y calidad de datos esa noche duermes en el cuartelillo, que vas a parecer un acosador de manual jajaja.

Spirit dijo...

Saludos a todos;

Tesa; hombre, entre perder la inocencia y ganar un culo...pues un culo bien ganado no está mal, total, con la inocencia no hacemos ná...

Un abrazo

Indocumentao, colega; no, hombre, seré educado, comedido y discreto...le diré que con 8 años todavía no había desarrollado las hormonas suficientes para hacerme pajas pensando en ella, que siempre queda elegante y discreto, y que ya sabía que yo le gustaba, quien no lo sabía era ella...nada, cosas que tranquilizan a cualquiera...

Un abrazo

lavacamejor dijo...

preciosa historia, entre sentimental y revirada. Una cosita solete, no nos gusta q nos digan que nos conservamos bien..nos gusta que nos digan que estamos bien, o sea a la sazón.

Vecino dijo...

A mí, la Davis siempre me ha parecido una mujer enfermiza, de frágil salud. Eso sí, su mirada encerraba algo perverso.

¿Lo que más me gusta de ella?
La canción que le dedicó Kim Carnes en los ochenta (cuando tú tenías 8 años).

http://vimeo.com/7641024

Un saludo.

elnavegante dijo...

Spirit, no disimules, en el fondo eres un romántico.
Probablmente no te dejarías dar un balazo por ella, pero estoy seguro que el ratito que le hablaras harías lo posible por hacerla sentir especial, guapa y femenina, o no?

Un abrazo.

angzalais dijo...

Se llamaba Manel y me enamoré perdidamente de él cuando tenía entre 12 y 14 años, no recuerdo bien, el caso es que siempre que iba al cole me lo encontraba esperando el autobús, me hubiese dejado aplastar por el bus para que él me salvase...no se por qué creía que me salvaría.

Me lo encontré en las últimas votaciones, era uno de los que estaba en la mesa en la que yo votaba en mi barrio de Barna, hacía uuuuffff y más que no lo veía.

Creo que ahora el Bus debería arrollarlo a él porque ha envejecido fatal y eso ha matado mi amor infantil, vamos que la culpa es suya ;)

Besos y tal.

Spirit dijo...

Saludos a todos;

lavacamejor; tomo nota de la corrección. Es que, aunque algo marica, me traiciona mi gen masculino, y claro, si a mí una chica 12-13 años menor me dice "oye, yo era la niña que jugaba a la comba mientras ibas a por tebeos hace 20 años, veo que sigues haciendo lo mismo, te conservas muy bien y quiero hacer el amor contigo" pues ya me puede, la verdad. No se me ocurre decirle que nada de conservarme, que yo estoy bueno desde siempre :-)

Un abrazo

Vecino; que no te despiste su porte frágil, ya que en verdad era poquilla cosa y algo flaca, que la amiga Davis era una mujer de armas tomar y capaz de montar el pollo por la más absoluta nimiedad. No conocía el video que mencionas, presto voy a verlo. Para mí, lo mejor de ella es una anécdota; al cumplir los 40 puso un anuncio pagado de su bolsillo en el TIMES pidiendo trabajo que decía más o menos así "actriz divorciada, de 40 años, ganadora de dos oscars, se ofrece para cualquier papel que le ofrezcan". Genio y figura. ¿Te imaginas a alguno de los chochitos desnatados de ahora teniendo un arrebato así? Seguro que ni saben lo que es un períodico.

Un abrazo.

elnavegante; joder, yo queriendo parecer la versión Bogart del siglo XXI y me has pillado. Por supuesto que la haría sentirse especial, guapa, femenina, etc...la idea es llevármela a la cama y no hay otra manera!

Un abrazo

angzalais; ah, los amores de niñez-adolescencia...para una Mary que se conserve hay trescientos Maneles hechos polvo que sólo transmiten olor a naftalina...pasa un poco como con las series tipo EL EQUIPO A y tal, que en su momento nos entusiasmaron pero ahora, ya adultos y vueltas de todo, vemos lo absurdas y vacías que son y es mejor no volverlas a ver y dejar su bello recuerdo intacto.

Un abrazo.

Àngel dijo...

En esto del BDSM escarbas un poco y te encuentras con unas dosis de empalague, ñoneria, romanticismo y mermelada que te obligan a usar la palabra de seguridad ante el riesgo de muerte por diabetes.

Pero para que nos vamos a engañar si me parece que nos gusta así a la mayoria.

Spirit dijo...

Saludos a todos;

Angel; y es que las apariencias están para que engañen...quién iba a decir que detrás del dolor y el cuero y el sexo bizarre y la oscuridad y tal hubieran...sentimientos, ternura y deseos.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Ay Spirit, que me gustas cuando te pones tan tiernecillo.

Pena que no le vayas a decir a la Mary que, aunque enturbiadas tus otrora infantiles fantasías por la testosterona que todo lo transforma en... Bueno en deseo carnal, sigue pareciéndote una mujer deseable y que incluso ha mejorado con el paso de los años. Seguro que le haría feliz saberlo.

Cajeras del super, maestras, las mamás de algunos amigos... Tira de más recuerdos, que seguro que hay por ahí otras historias tiernecitas que contarnos. Y no valen los personajes de ficción.

Besos,

Seda.

Anónimo dijo...

Me ha encantado Spirit, como simepre. Por otro lado, aunque pueda parecer tonto, creo que todo esfuerzo es poco para lo bonito que resulta llegar a los 37 o la edad que sea con esa forma de amar que se atribuye a los 7 o otras edades.

Saludos.
Alberto.

Spirit dijo...

Gracias, Alberto...pues sí, un poco de inocencia hay, pero como a día de hoy todavía no la he vuelto a ver...

Un abrazo

DOMADORA dijo...

Precioso

En todos nosotros viven tres personas, la que somos, la que los demas creen que somos,la que deseamos ser.

DOMADORA