Si ayer analizamos ILSA, LA LOBA DE LA SS, y concluíamos que su mayor valor residía en su falta de complejos (ya saben; quieres pajas con estética nazi y torturas? dos tazas, paga la entrada y las tendrás), hoy analizaremos otra película que también tiene de fondo el erotismo con estética y connotaciones nazis, pero ésta sí que tiene complejos y lo hace de forma delicada, sutil, profunda. Y, por tanto, es una peli un poco más peñazo. En vez de un delirio onanístico de serie z es una peli de qualité de arte y ensaño, pero no nos engañemos, ambas dicen y buscan lo mismo. Los nazis son lo puto peor, pero nos ponen a cien porque somos unos putos enfermos. Solo que esta es un drama psicológico con escenillas y cierta elegancia.
Dirigida por Liliana Cavani en 1973, la trama no es moco de pavo; una superviviente de los campos de concentración (Charlotte Rampling), se encuentra con su guardián nazi (Dirk Bogarde) 13 años después en un hotel de Venecia donde el segundo trabaja como portero. Prisionera y verdugo inician una relación "sado masoquista" en la cual se explora la dependencia entre ambos y lo turbio de su planteamiento, invirtiendo roles y no se qué. Me aburro, que diría Homer Simpson. Todo ello teñido con alguna que otra escena erótica de cierta intensidad y un sub argumento sobre como el protagonista y otros refugiados preparan una posible defensa ante sus crímenes.
Aclaro que lo de sado masoquista lo he puesto entre comillas porque no hay latigazos ni potros ni cruces de san andrés ni nada de eso; el sado masoquismo se establece por la propia relación turbulenta, los juegos de poder, la estética y eso. Quien espere ver escenas de tortura a tetudas que no pague la entrada, que no devuelven el dinero.
En su momento fue una película rodeada de cierta polémica aunque hoy en día, tal y como está el patio, resulta casi risible. O no, porque son tiempos políticamente correctos e igual pasa lo mismo que hablamos ayer sobre ILSA, que internet arde diciendo cada uno la suya. El planteamiento, hay que reconocerlo, tiene un par de huevos. Ya no es que sea una loca nazi haciendo perrerías, es que se narra, en plan supuestamente realista, cómo a una tipa que fue prisionera "le pone" el tener una relación con el que fuera su guardián. Evidentemente, todo muy sutil, muy psicológico, pero con escenas de alto voltaje que tiran más de la estética que de otra cosa. Escenas eróticas que, ni que decir tiene, puede que en los 70 hicieran estallar la cabeza a más de uno, pero que a día de hoy las vemos en el horario infantil de cualquier canal.
A modo de anécdota, la película fue calificada X en algunos países por....su estética? La relación turbia? Lo incómodo de su propuesta? La transgresión de mezclar nazismo y erotismo? No, porque en una escenilla la mujer está encima del macho y eso, claro, es porno del duro por muy felices 70 que sean, aunque no se vean genitales y apenas tetas. Signo de los tiempos.
Yo tengo el vago recuerdo de haberla visto en mi cada vez más lejana adolescencia. Evidentemente, la cogí del vídeo club para hacerme pajas a tuti plen, no estaba en edad de profundidades metafísicas. Como era la época de los tuertos en el país de los ciegos, alguna hice, pero es una de estas pelis a revisionar con ojos de madurez a ver si capto el mensaje.
Aún reconociendo su valentía, la peli no toma partido más allá de exponer el planteamiento. ¿Tenemos impulsos insanos, turbulentos, traumáticos, que no podemos resistir? ¿Por qué nos atraen estos juegos? ¿Por qué nos fascina esta estética, si los nazis son lo puto peor? ¿La atracción de la culpa, el poder, la autodestrucción? Uff....demasiado para mi polla, baby. Dijimos ayer que retomaríamos ese debate, pero he de reconocer que no tengo una respuesta clara. Creo que me quedo en que son "recreaciones" controladas que abarcan nuestros deseos más oscuros, y si es así, como diría Chespir "esas pulsiones que nos atenazan el alma/ en su momento/ no pueden ser negadas". Pero, como insistimos, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Volviendo a la peli, a día de hoy tiene cierta fama de film de culto. A ello contribuye una fotografía exquisita y que este póster deviene un icono fetisch, aunque la prota está más plana que una tabla de planchar. Fue un éxito de taquilla y dió pie a otros filmes parecidos, como Salon Kitty y otras cosas gafapastas que tenían estética y folleteo nazi. Luego vinieron tiempos más políticamente correctos y guardamos las esváticas en el cajón, no hacen falta para dar latigazos, torturar y ponernos botas y gorras. Que está muy feo hacerlo con brazaletes de esos, ponemos una x y a correr. De hecho, pueden ver se ha "restaurado el poster original", a ver si encuentran la diferencia. Y nada de cines, primero directo al vídeo club y ahora por internet.
A modo de otra anécdota, hará bastantes años se proyectó en la filmoteca de Barcelona el film con su directora como invitada, conmemorando no se qué. Parece ser que la copia no estaba en condiciones óptimas y al verla la señora Liliana montó un pollo de órdago, paralizando la proyección (si no recuerdo mal) y diciendo que o ponían una copia en condiciones o se iban a enterar. Todo un carácter la tal Liliana; encima que le hacen un homenaje que no se merece y proyectan su birria de película, armando follón por que la copia no es impoluta, como si hubiese dirigido Batman (que esa sí que hay que verla en condiciones). Si supiera que yo cuando ví PORTERO DE NOCHE no paré de correr el avance del vídeo hasta toparme con las escenas de “marru”...que, por cierto, me defraudaron bastante, como he dicho.
Con esto acabamos la doble sesión de cine de barrio. Como ven, estamos que nos salimos, la semana que viene o cuando me chote otro tocho sobre otra cosa. Mientras tanto, tengan cuidado ahí fuera.
Spirit de Lady Monique de Nemours.
1 comentario:
La vi en un pase televisivo hace siglos y la deje a medias... años mas tarde le di otra oportunidad y ni tan mal, aunque tiene sobretodo valor, por decirlo de algun modo, historico y ser una de las que componen el trio prestigioso de la nazisplotation junto a Salon Kitty que es la esteta y Salo o las 120 dias de sodoma que es la bruta. Salon Kitty no es pa tanto, la peli polemica de Tinto Brass fue Caligula y en cuanto a Salo (aunque mas que nazis en realidad son fascistas italianos) aun hoy cuarenta y cinco años despues de su estreno sigue siendo desagradable e incomoda y alguna Ama, amiga en comun me reconocio que fue incapaz de acabar de verla.
Publicar un comentario