Soy una mierda de sumiso: ¿CÓMO SOMOS LOS SUMISOS?

Demoleré el posible suspense contestando a la pregunta ya de entrada; no tengo ni puta idea. No sé cómo soy yo, voy a saber cómo son los sumisos en general. Pero bueno...¿desde cuándo no tener ni idea de un tema es obstáculo para no hablar de él? Esto es España, amigos. Vamos a filosofar un rato, que en algo nos tenemos que entretener mientras esperamos la muerte. O a falta de una buena sesión, cuanto menos.

Antes de nada diré que hay un par de motivos que me han hecho escribir sobre este tema. Como siempre, se pueden resumir en tres. Por un lado, aquel escrito de la pava aquella que decía que las sumisas eran seres traumatizados y dependientes y no se qué. No queda sino batirse, que diría Quevedo. Por otro, en las últimas semanas me han llegado por varias vías un mismo comentario; que este blog y mi humilde persona han hecho tener una visión diferente de cómo son los sumisos. Ante tamaño honor, no queda sino desarrollarlo. Que una sumisa con años de experiencia en el mundillo suelte un "estoy empezando a pensar que los sumisos podéis estar al nivel de las sumisas" invita a la reflexión, ¿no? Y el tercer motivo es porque el gato es mío y me lo follo cuando quiero.

Vamos a tener en cuenta una perla de sabiduría que impregnará todo el escrito; la frase de que todas las generalidades son falsas, incluída ésta. Ponedla a la entrada de este escrito siempre que veáis una afirmación general.

Lo cierto, para qué nos vamos a engañar, es que el gremio se presta bastante a la caricatura. Nos lo hemos ganado a pulso. Desde fuera, puede parecer que los sumisos somos seres con ansia de que hagan realidad nuestras pajas y deseos, normalmente a cambio de nuestra cara bonita. Que vendemos a nuestra madre a cambio de unos azotillos, que no vemos más allá de la "cosificación" de la fantasía, que le reimos las gracias a la primera pelagatos que pasa por allí. Que no vemos más allá de nuestra polla y tiramos la caña a cualquiera que respire, normalmente ofreciendo entrega y adoración eterna desde el primer hola no solicitado. Y a 7 a la vez. Que engañamos, mentimos, traicionamos y no comprendemos los mecanismos de nada que no sea nuestro propio deseo. Que somos unos pesaos pendientes de los 120 grados de nuestra polla. Que queremos que nos hagan casito constantemente.

Como he dicho, esta caricatura muchas veces nos la hemos ganado a pulso. Tengo pendiente un escrito sobre mensajes que recibe mi Señora, que muchas veces empiezan con un "soy suyo, a sus pies" sin apenas presentarse primero. Ya hemos dado caña, y lo seguiremos haciendo, a señores con los huevos negros pagándoles las coca colas a niñatas a cambio de una foto de su culo. En fin, que sí, que somos muy lamentables, para qué nos vamos a engañar.

¿He comentado alguna vez que uno de los primeros amos que conocí en persona me dijo "tu, para ser sumiso, piensas"? Si esta era la percepción hace años, no quiero ni pensar la que sería ahora, con el bdsm transformado en el lodazal que es.

Pero es que además hay otra cosa que condiciona la común percepción que se nos tiene. Por lo general (recordemos lo que hemos hablado de las generalidades...), las sumisas, en femenino plural, son seres que exponen más sus reflexiones, sensaciones....y sentimientos. Mira cualquier cuenta de una sumisa y alguna vez dirá que le moja el coño, pero la mayor parte hablará de sus sensaciones y sentimientos. Los tíos, no. Los hombres no lloran, tienen que pelear, que diría la canción. El amor es para poetas y literatos. Mientras las sumisas hablan de amor y entrega, nosotros vamos diendo lo que nos pone "to burracos" y claro, contra eso no podemos competir. Nunca vamos a poder estar al nivel de las sumisas.

A esto se añade que en estos mundos hay un exceso de "literatura idílica". Que si la entrega, que si lo hacemos todo por el otro/a, que si la pertenencia....todo muy bien, muy chulo. Y muy sentido, no digo que no. Pero parece que no haya término medio; o nos pajeamos compulsivamente y vamos a lo que vamos o nos entregamos más allá de la vida y la muerte.

Hemos dicho que íbamos a decir frases contradictorias. Lanzo una al aire; si lo que queremos es complacer al otro/a, y ello nos da placer....¿quién complace a quién? Que mucha literatura, pero dame cera.Y eso no es malo.

Y aquí voy a llegar a dónde quería llegar. En palabras de la compañera bloguera azoteycafé, "hay que normalizar el bdsm".

La respuesta no es importante. No sé cómo somos los sumisos. Cada uno será un mundo, supongo.No hay un patrón; yo he conocido todo tipo de compis. Sumisos con pasta por un tubo y sumisos que no tienen dónde caerse muertos, pasando por vulgares asalariados, como este servidor. NOTA: Muchas veces se asocia sumisos a gente de poder....porque hasta hace poco el bdsm estaba restringido a la gente de pasta, no porque todos seamos así. Ojalá¡ Sumisos con mala hostia que te cagas y sumisos afables y simpáticos como yo. Sumisos traumatizados y dependientes y sumisos con las espaldas anchas a las que se la suda todo como....er...un amigo. Y así hasta el infinito. Pero lo importante es lo que NO somos. Y NO SOMOS la caricatura que muchas veces mostramos.

¿Cómo creo que somos los sumisos?

Somos el término medio. NI tan excelso ni tan ruín. Los que sentimos estas fantasías desde que tenemos uso de razón, hemos andado un proceso de aceptación y comprensión,no siempre fácil. Y ese proceso cada uno lo vive de una manera, tiene sus propias experiencias y queda marcado por sus propias piedras. Pero forja y da valor.

Por supuesto que somos gente que damos valor a nuestras relaciones, más allá del rol. Por supuesto que incluso nos podemos enamorar y exponerlo. Por supuesto que pensamos y sentimos. Por supuesto que vemos alla y damos valor y profundidad a nuestros actos. Por supuesto que a veces....incluso no tenemos ganas y preferimos una cerveza a una sesión¡ Y por supuesto que estamos en esto porque lo queremos y necesitamos.

Sí, a mi también me gustaría ver otros del gremio reflexionando sobre estos mundos. No todo el mundo puede tener un blog tan chulo, qué le vamos a hacer. Y por supuesto que me averguenzo de ver a compis riéndole las gracias a según qué gilipollas. Y sí, la mayoria de nosotros debería estar diciéndoles a las niñatas de tres a cuarto que eso no es bdsm ni se le parece en vez de pagarles las coca colas. Y sí, creo que la educación ha de estar ante todo y no enviar peticiones de pajas gratis sin más. Y sí, hecho en falta una mayor naturalidad en el bdsm, en general y entre los sumisos en particular. Y sí, me sobran muchas cosas, entre ellas babas a saco. Y sí, me faltan mucho amor, que parece que sea algo que muerda. O ternura al menos. Y me falta mucho humor también, que es una forma segura de humanizar y quitar transcendencia.

Pero también hay gente muy sentida. Y yo he conocido a unos cuantos y doy las gracias por ello. De hecho, yo no me identificada con nadie del gremio...hasta que conocí a mi maestro, que me da cien vueltas y me enseño a pensar. Por eso sí, para ser sumiso, pienso. Y siento. Y no lo hice desde el primer día.

Bueno, va...al final lo tendré que decir.

Los sumisos somos seres de luz, inmaculados y fornidos. Normalmente medimos 1.90 y tenemos la polla como un caballo. Los que somos rubios, tiramos a Brad Pitt y los que son morenos a....yo qué se, a algún guapo moreno. Nuestro nivel de inteligencia se sale de la tabla y nuestro nivel de astucia ya ni te cuento. Hemos leído a Chespir y a Mortadelo y nuestra tableta de abdominales la pinta Leonardo y se queda sin pintura. Tenemos una prodigiosa técnica sexual, solo equiparable con nuestra maestría jugando al ajedrez mientras hacemos pesas. Algunos, los Alpha, lanzamos rayos por los ojos y volamos. Somos irresistibles al sexo opuesto y a un 85% del propio.