miércoles, 12 de octubre de 2022

PONGAMOS QUE HABLO DE Spirit de K. POR MISS K

Hoy por las cosas de la vida y del querer (y porque lo tengo encerrado en una jaula y no tiene llave.) Spirit no está,  me ha cedido amablemente y sin amenaza ninguna por mi parte su blog para que cuente mi visión de nuestra historia, así que vamos al turrón que se que tenéis ganas o no, pero es lo que hay.

Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes.


La famosa cena y nuestro primer encuentro; fue como él lo cuenta salvo algún que otro detalle sin importancia, como por ejemplo que yo llegue ahí literalmente cagada de miedo, no sabía que me iba a encontrar pero cuando vi la normalidad me relajé hasta que empezó a hablar él, cree que mi miedo era acabar en un descampado hasta que empezó a hablar, pues no, mi miedo era que fuera él el que me llevara al descampado, pero me dijeron...es un sumisillo, tranquila (eso mi amiga) algo masoca pero buena gente, aunque derrame la cerveza y tenga esa verborrea, no tienes que temer nada más. Ah y tiene un blog muy chulo, verás pregúntale...y lo hice, y los siguientes 120' se los paso hablando de su blog (como para no leerlo en un fin de semana después de semejante turra.) Pero para ser justos, lo leí y me encantó y hasta removió algo pero no hice caso.

Después, por cosas de la vida, fuimos yendo y viniendo con ese grupo de amigos, unas veces coincidíamos (pocas) y otras no, pero siempre preguntábamos el uno por el otro, normal...cuando hay amigos comunes siempre te enteras de cosas de la otra persona y así pasaron unos años.

Cierto es que un día por casualidad (o no tanta) pasaba cerca de su curro y le llamé, cual fue mi sorpresa que al ofrecerle cerveza bajo pitando, así descubrí cual el cebo perfecto para las siguientes, porque las hubo.


El dice que no, pero si, hubo por lo menos tres o cuatro más, y en esa constante de cervezas y risas y alguna lección que otra que el me daba a mi aunque lo negará, se fue forjando una especie de amistad extraña, estábamos sin estar pero nunca desaparecíamos, yo me enteraba de sus amoríos y el de mis aventuras kamicaces, de las que me avisaba terminarían mal y yo, como buena masoca y sumisa (que no lo era, pero eso para otro día) no le hacía ni caso.

Por aquel entonces, teníamos amistad por tw y fuera de él, hasta que con la última caída yo desaparecí,  sin avisar y para no volver.

Y pasaron unos años, y vino una pandemia y perdimos el contacto aunque sabíamos que si nos buscábamos, nos encontraríamos.

El nunca me buscó porque estaba perdido en sus quereres y sus sus castillos de naipes con Reinas venidas a menos y yo no le busqué porque estaba a mis quereres vainilla y lamiéndome las heridas. Sabía que si le buscaba volvería.

Hasta que por fin un día sucedió,  volvía yo a meter el pie en este mundillo oscuro y atrayente, con una amiga con la que fuimos a un local que ya no existe y ahí, entre juegos y risas salió de mi lo que no sabía que existía. Esa borrachera de poder me hizo darme cuenta de que había errado el camino, y empecé a indagar, buscar y conocerme; Eso si, sin dejar de entrar en su blog, sin dejar de preguntar por él, hasta que un día dije...me vuelvo a tw.

Y volví y le busque, pero mi rostro era diferente esta vez.

Cuando le saludé y me reconoció porqué le di mi nombre real, pondría la mano en el fuego que pensó...esta se ha chalado, no rige bien, pero fue elegante como siempre y se limitó a preguntarme que que me había pasado. Yo le conté y lo entendió, es más, lo respetó.

En las idas y venidas diarias de tw, seguíamos a lo nuestro, alguna vez nos escribíamos por Dm:

-Oye a ver si nos vemos...

-Sí, esta Navidad voy con mi amigo al un local, te aviso.

Y no avisaba y si, me hacía la cobra.

Siempre he querido creer que era por las cosas de la vida y del querer, pero igual era la vida que nos hablaba pero no queríamos escucharla.

Ya me perdonareis por la turra, pero resumir 12 años en un par de folios como mucho y que se entienda, es tarea ardua. Si, si...ya abrevio.

La verdad es que yo ya tenía ganas de verle, aunque solo fuera para tirarle yo de las orejas esta vez, que aunque me entere muy tarde de cierta andadura, no entendía como se había dejado enredar, o si, pero quería ser yo la que le riñera (cosas de ego de Domina supongo)

Así que gracias a un curso que daba alguien de tw, yo me entere de que el iría.  Esa era la mía, no tenía escapatoria. Le escribí.

-Vas a ir?

-Si...

-Pues te espero en el bar. (Había cerveza, el cebo que tenía guardado, no podía salir mal.)

-Cuando llegues avísame que voy (ni dudo ni le tembló el pulso, la magia de la cerveza.)

Llegue, le avisé y vino.

Habían pasado unos cuantos años, pero como siempre, parecía que fue ayer que nos habíamos visto. Estábamos más mayores, más heridos y con más canas pero por lo demás éramos los de siempre.

Nos pusimos al día, hablamos de tonterías y se hizo la magia en forma de video y de un morreo que me estampó sin previo aviso y al que no respondí con una hostia "cariñosa" porque no procedía, había gente.

Después de esto la historia se cuenta sola, pero aún no éramos conscientes de lo que había (por lo menos yo.)

Hasta que un día a mi se me ocurrió poner un tuit de que quería ir a cenar a un sitio y el respondió por privado:

- Vamos, te llevo

- Vale, pero pagas tu.

- Of course, pero hay cerveza?

- Y látigo.

-Pues vamos.

Ahora si, el espectáculo de mentalismo hizo su magia, no tengo pruebas pero tampoco dudas de que en la cena el hecho algo en la bebida, o en la comida, porque después de eso, ya habíamos fortalecido lo que ni sabíamos que saldría.


Había cosas que resolver, que hablar, que pactar y que conocer y miedos, por ambas partes había miedos.

Así que cada uno se puso a lo suyo, a resolver, hablar y dialogar primero con nosotros mismos, a ver cual de los dos soltaba primero la bomba.

Los diálogos en tw cada vez iban a más, las conversaciones por privado también, ya lo teníamos todo resuelto, limpios de polvo y paja.

Aquí en este punto no nos ponemos de acuerdo, pero ya os digo yo que fue él el que tiro el guante, que yo recogí amablemente,  entre risas y cachondeo, así, como quien no quiere la cosa.

Pero ya estaba hecho, habíamos saltado, y no caíamos al abismo,  volábamos cogidos de la mano.

Ya tengo sumiso, toma ya, el mejor que podía encontrar, el amigo, confidente, compañero de batallas presentes y pasadas y ahora es mío, no puedo pedir más.


Y hasta hoy, esta es la historia que puedo contar, la que queda es un libro en blanco, no sabemos que pasará, lo iremos escribiendo sobre la marcha, con ganas, ilusión y mucho amor.

Gracias por todo, querido.

Besis K.

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