CINE BDSM, TRU OF FAIT; PORTERO DE NOCHE

Contínuamos nuestro recorrido de películas que muestren algo de este mundo de locos y pervertidos con una mucho más explícita que la de ayer pero a la vez de calidad más ínfima. La elegida es PORTERO DE NOCHE, producción italiana dirigida por Liliana Cavani en 1974 que en nuestro país no se estrenó hasta pasados unos años, en plena fiebre del destape. Recordemos que en esos años daba igual que una peli mostrase una reflexión sobre la nada y el ser o a Fernando Esteso haciendo la versión Chespir de LOS BINGUEROS; lo que interesaba era que saliesen tetas. Y como en esta peli salían tetas, pues ala, a estrenarse, y encima como cine de arte y ensayo, que siempre hace sentirse menos culpable.

En su momento fue una película rodeada de cierta polémica aunque hoy en día, tal y como está el patio, resulta casi risible. La trama no es moco de pavo; una superviviente de los campos de concentración (Charlotte Rampling), se encuentra con su guardián nazi (Dirk Bogarde) 13 años después en un hotel de Venecia donde el segundo trabaja como portero. Prisionera y verdugo inician una relación sado masoquista en la cual se explora la dependencia entre ambos, todo ello teñido con alguna que otra escena erótica de baja intensidad y un sub argumento sobre como el protagonista y otros refugiados preparan una posible defensa ante sus crímenes que ni recuerdo ni entendí bien ni me interesó un pimiento (si, ya sé que no es una crítica muy profesional, pero tampoco es la intención).

En su favor, hay que reconocer que trata un tema delicado con bastante sutileza y buen gusto.En manos de Santiago Segura podría haber sido mucho peor. También hay que reconocer que la relación entre el portero de noche y su víctima se torna cada vez más sórdida y transmite muy bien ese sentimiento sado maso de insana dependencia, aunque sólo en escenas muy concretas.

En su contra, cabe decir que mucho presentar la película como un ejercicio intelectual de erotismo fino y de análisis de las relaciones tubulentas, pero lo que en verdad se pretendía (y se consiguió) era generar polémica, y con ello entradas, a base de escandalizar con un argumento a todas luces provocador y una estética fetiche-erótica de andar por casa. Tuvieron un par de ovarios en hacerlo, lo reconozco, pero ahí se queda su valor. Las escenas eróticas son bastantes cutres en su realización, como de quiero y no puedo, y, lo que es más imperdonable, la protagonista es una anoréxica cuyas tetas no valen un pimiento. Aparte de eso, el desarrollo es lento, aburrido y a veces confuso, no explora en profundidad sus posibilidades y se queda en una tierra de nadie de dudosa resolución.

Conclusión; película oportunista que podía haber dado más de sí. En su momento fue un icono del erotismo sado, por aquello del tuerto en el país de los ciegos, aunque a día de hoy denota en exceso el paso del tiempo. Durante mucho tiempo el póster que ilustra este post era lo único que mucha gente con estas aficiones tenía para sus noches de insomnio, así que aunque sólo sea por ello y por su cierta fama de film de culto vale la pena incluirla aquí.

A modo de anécdota, hará un par o tres de años se proyectó en la filmoteca de Barcelona el film con su directora como invitada, conmemorando no se qué. Parece ser que la copia no estaba en condiciones óptimas y al verla la señora Liliana montó un pollo de órdago, paralizando la proyección (si no recuerdo mal) y diciendo que o ponían una copia en condiciones o se iban a enterar. Todo un carácter la tal Liliana; encima que le hacen un homenaje que no se merece y proyectan su birria de película, armando follón por que la copia no es impoluta, como si hubiese dirigido Batman (que esa sí que hay que verla en condiciones). Si supiera que yo la primera vez que ví PORTERO DE NOCHE no paré de correr el avance del vídeo hasta toparme con las escenas de “marru”...que, por cierto, me defraudaron bastante.

¿Película imprescindible? Para nada. ¿Curiosa? Un tanto, como pieza de museo y como paja cutre. Cabe sañalar que este film es uno de los exponentes de lo que podríamos llamar “películas italianas S con erotismo de estética nazi”, que en la última mitad de los años 70 abarcaron bastante las pantallas europeas con títulos nada memorables salvo para las mentes enfermas como “Salón kitty” o la saga de “Ilsa, la loba de la SS”.

Analizaremos el tema de fantasías con estética nazi la semana que viene, por si alguien quiere saber mi opinión al respecto. De momento, mañana nos pondremos las lentejuelas y veremos THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW. Hastan entonces, tengan cuidado ahí fuera.

Spirit de Zoe