QUERIDO DIARIO...

Querido diario:

Tengo una nueva adquisición en mi ya larga colección de Madrastras de Blancanieves, copias y sucedáneos. Ya sabes que siento predilección por este personaje y sus connotaciones sádico-femdom-fetichistas, y siempre que sale alguna nueva versión o personaje inspirado en él voy a su caza y captura. Para mis…er….mis cosas.

La nueva versión objeto de mis sueños húmed…de mis cosas, se llama Lana Parrilla, pero como me parece un nombre muy ridículo lo vamos a dejar en la actriz que interpreta a la Madrastra en la serie de televisión ERASE UNA VEZ. Mira estas fotos, querido diario, y no me digas que no te da morbo:

En fin, a ver cuándo tienen cojones y le ponen a la Madrasta un látigo en la mano de una puta vez y se dejan de tonterías. ¿Qué cómo está la serie? Y yo qué sé. Sólo tengo ojos para ella…

Tengo una pregunta que hacerte, querido diario, que tiene mis noches en vilo (bueno, la pregunta y las fotos de la Madrastra).

Resulta que voy por el metro y veo a un montón de féminas de buen ver (y de mal ver, pero qué da más da, yo nunca he distingido) leyendo el libro ese de LAS SOMBRAS DE GREY. Así, descaradamente, sin forrarlo en papel de periódico ni nada, como hago yo con los cómics que me dan vergüenza que me vean leyendo.

Mi mente, como sabes, está enferma. La asociación de ideas que conecta es muy básica. Si lee LAS SOMBRAS DE GREY ergo se pone cachonda con las cosas estas del bdsm ergo sentirá curiosidad o lo habrá practicado ergo le podemos entrar por ahí a ver si pillamos cacho. Como ves, es un plan magistral.

El tema es que el grado de cordura que todavía me queda me impide actuar para que no me tachen de un tarado que va por ahí diciéndoles a todas las que sostienen el dichoso libro algo así como “oye, te pone cachonda eso? Yo lo practico, si quieres te vienes a mi casa y te enseño”.

Estoy por hacerlo de forma sutil, del tipo pasearme yo también en el  metro con el libro bien visible y si alguna mira sonreírle. Y si me devuelve la sonrisa entrarle. Pero es que ya estoy muy mayor para estas cosas. No sé…¿tú qué me aconsejas?

Hoy me han comentado una cosilla que me ha dejado mal cuerpo durante un rato. Es la jodida crisis.

En realidad, no es nada del otro mundo, comparado con otras situaciones que vemos y sabemos a diario (cuando no sufrimos). Pero no sé, me ha dejado mal cuerpo, la verdad.

La cosa es que la crisis se está cebando con las profesionales del sector cosa mala. Ya hemos hablado alguna vez de que con esos precios y tal es normal que la gente se lo piense dos veces, pero no es esa la cuestión en estos momentos.

Lo cierto es que, como pasa con todo, muchas lo han dejado ante la sequía de clientes dispuestos a pagar un potosí por un capricho. Otras van sobreviviendo a base de los fijos, que también han menguado sus sesiones en cuanto a frecuencia pero que de tanto en tanto acuden. No se ve renovación de profesionales de categoría, pero sí cada vez más prostitutas convencionales que ofrecen este servicio sin tener ni idea. En fin; algo de eso hemos hablado y lo que nos quede.

La cosa es que me comentan de una de las antiguas Señoras, con cierto renombre, a día de hoy lo ha tenido que dejar y sobrevive en un piso destartalado y compartido ofreciendo servicios convencionales. Como he dicho, no nada de otro mundo, pero recuerdo a esta señora, o su anuncio más bien, en la época de esplendor y no puedo evitar sentir tristeza.

Puta crisis, a ver si acaba ya y volvemos a ser todos ricos, ya que guapos no lo hemos sido nunca.

Pues de momento estas tres cosillas, querido diario, unas reflexiones a vuela pluma sin más….el finde que viene volvemos, no sé si con algo de más sustancia o con otra gilipollez como ésta. Hasta entonces recuerden que sólo hay dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda y no acuerdo (Wody Allen dixit).