IN MEMORIAM, IN ETERNUM

Hoy no estoy apático, si no directamente triste. Se ha muerto un amigo mío al que quería mucho y una persona a la que admiraba.

El amigo mío al que quería mucho en verdad no lo conocía de nada. Bueno, eso no es cierto; quiero decir que no lo conocía personalmente. Pero lo conocía y lo quería a través de su figura, sus obras, sus letras. Se trata de JOSE LUIS SAMPEDRO, que creo no necesita presentación. Pero quizás sí que sea necesario, aunque sea en susurros, que los amantes del bdsm le dediquemos un pequeño homenaje.

Y es que JOSE LUIS SAMPEDRO es más conocido, en estos tiempos convulsos, por ser un referente moral y ético en su faceta como economista. “Vivimos tiempos de barbarie”, decía en el pregón de Sant Jordi de hace un par o tres de años. Y por ello a sus 96 años, totalmente lúcidos, se dedicaba a denunciar los males del sistema en pro de una economía humanista.

Pero además, digámoslo así en bajito, SAMPEDRO era uno de los nuestros. No sólo por ser gente de bien, si no porque sólo alguien con una sensibilidad sumisiense podría haber escrito libros como EL AMANTE LESBIANO, referente de éstos mundos años antes de LOS MUNDOS DE GREY. Lo que pasa es que le dio por indagar en el deseo de la entrega y el alma sumisa, la libertad de abrazar la naturaleza de estos deseos en pro de las convenciones sociales, etc…y claro, lo peta un tío medio tarado con traje, corbata y dinero que hace guarrerías en una habitación del castigo, como el tal Grey, y libros sensibles como EL AMANTE LESBIANO ni son lo mismo ni son igual.

Pero en fin, por todo ello y por muchas cosas más que no caben en este humilde post, sirvan estas líneas como sentido homenaje.

La otra persona que se ha muerto y que admiraba es una mujer y se llama, se llamaba, SARA MONTIEL.

Aquí he de reconocer que el proceso fue un tanto inverso. Yo soy de la generación del 74 y cuando conocí a Sara era una especie de caricatura de sí misma. Una mujer que parecía tener ciertos problemas en envejecer y perder la belleza (aunque yo pienso que con la edad la belleza simplemente se transforma en otro tipo), más famosa por sus escándalos con mulatos y demás temas del cuore que por otra cosa, viviendo de un pasado glorioso que costaba ubicar.

Pero poco a poco indagué en ese pasado y de ahí creció mi admiración. Creo que fue a partir de un tebeo antiguo, un DDT de los años 50, en el que se la mencionaba y me puse a investigar.

Entonces descubrí que Sara fue una analfabeta de la Caastilla miserable que un día, con dos ovarios, se plantó en Madrid para ser cabaretera y aportó a la España gris de los años 50 sensualidad y sexualidad, coraje y glamour. Puso vestidos con raja en una España de negro y peineta, habló de amantes en un mundo de rosarios en la cama y su porte descarado, libre y algo ambiguo (siempre para los parámetros de la época) la encumbró a ser un icono del mundo gay. Esto último la pone con pinzas en este espacio, pero qué más da. Por sí sóla fue la puta Ama y ojalá todas las stars de hoy aprendieran de ella. Leo en las crónicas de su muerte que el erotismo en España empezó con ella, y me parece un buen glosario.

Pues nada, sirvan estas líneas como sentido homenaje a ambas personas. Al Maestro Sampedro, el mejor homenaje es seguir luchando por una economía humanista donde no seamos bárbaros y leerle. A Sara recordarla no por sus últimos años, sino como la mujer que puso color en una época en que no lo había.

Ah, y también se ha muerto Margaret Thatcher, pero por esa bruja no pienso derramar ni una lágrima.