jueves, 17 de octubre de 2024

FANTASIAS ANIMADAS DE TEBEOS VIEJUNOS; UN REPASO A LOS TEBEUCHOS ERÓTICOS DE ZINCO DE LOS 80

Este mes cumplimos 16 años de blog. La idea era hacer el tradicional balance anual, que 16 años se dice pronto pero son varias vidas en internet. Sin embargo, para qué nos vamos a engañar, dueño y espacio están de capa caída. 

Verán que no se ha actualizado el blog desde agosto, y más con un escrito propiciado por las circunstancias que con algo molón. Ello ha repercutido en el número de visitas, siendo el mes de septiembre unas 2.000, lo más bajo de su historia. Cada año que pasa, el formato blog está un poco más obsoleto, y dentro de eso blogger directamente un anacronismo. De cosillas molonas e interesantes que tengo apuntadas por hacer no he hecho ni el huevo, quedando mal con todo el mundo. En twitter estoy a medio gas, y cuando estoy no estoy especialmente brillante. 

En fin; he de reconocer que me gobierna la apatía general sobre esto del bdsm. Que sí, que es mi naturaleza y tal, pero a veces hay que hacer vida contemplativa. No sé si es el panorama, mi ánimo, que he perdido mis poderes, varios golpes a mi ego o que hay que dejar paso a las nuevas generaciones y hablar catalán en la intimidad. 

Así que pasamos de balance y vamos a refugiarnos en algo que nunca falla; los tebeos. En concreto, los tebeuchos asquerosos. Y no, no vamos a hablar de manga, sino de una serie de historietas para adultos que hicieron furor en los primeros 80 y a los que mi yo adolescente debe mogollón de pajas. 

Con la venía;



Muerto el dictador, algún ingenuo pensaba que en España iban a florecer las artes y las ciencias. Que el cine se iba a llenar de neo realismo italiano, las novelas de arte y ensayo, etc...No sabía con quién se jugaba los cuartos; aunque algo de eso hubo, lo cierto es que lo que florecieron fueron las tetas y los culos. De mujer, mayormente, que éramos ya modernos pero no tanto. Al fin y al cabo la represión sexual es el mejor sistema para crear pervertidos. 

¿Qué hacemos una revista de investigación periodística como Interviú? Pongamos tetas y culos entre artículo y artículo. ¿Que hacemos un semanario de humor satírico como EL JUEVES o EL PAPUS? Tetas y culos entre chistecillo y chistecillo. ¿Que hay dos cómicos como Pajares/ Esteso que hacen de mucho reir? Películas con tetas y culos entre tontería y tontería. 



Y así fue como los kioskos y cines de España se llenaron de tetas y culos. Y, además, como se respira un ambiente de libertad de la ostia, los ponemos al lado de los MORTADELOS, que los menores sepan lo que es la vida ya de entrada. 

En este contexto, aparece Antonio Asensio. LLegará a ser uno de los hombres más influyentes de España, pero a principios de los 80 era un joven editor que se estaba comprando trajes con más bolsillos para guardar los dineros gracias a varios pelotazos con...tetas y culos, como la mencionada revista Interviú. Propietario del Grupo Z, hace una especie de escisión que no he entendido muy bien en forma de ingeniería financiera y crea EDICIONES ZINCO junto a varios socios. 



Esa editorial sería clave para los frikis de los cómics más adelante, pero a primeros de los 80 era una especie de marca blanca que no sabía lo que quería ser de mayor. 

Resulta que en Italia, que acabaron con el fascismo unos 40 años antes, llevaban tiempo publicando unas series de historietas eróticas, con bastante éxito. Claro, estamos hablando de tiempos en los que no es que no existiera internet, sino que ni siquiera eran habituales los vídeo clubs y cosas así. 

Las historias procedían principalmente de la editorial Erofumetti, y eran, para qué negarlo, más malas que la tos. Hechas a destajo por autores no reconocidos, seguramente mal pagados  y, para qué negarlo, con las habilidades justas para dibujar hembras y hembras que mostraban...tachán, tachán...tetas y culos! Y algún, o bastantes, integrales, por aquella época sin rasurar. Que, para  qué negarlo, era lo único que importaba. Quien quiera cómic de cualité que se compre el Mortadelo, aquí venimos a lo que venimos. 



Había una serie de personajes recurrentes, que si una vampira, que si una azafata, que si una aventurera, etc...inmersos en aventuras bastante absurdas que eran la mera excusa para que la protagonista de turno fuera secuestrada, violada, follada, re follada, vuelta a follar por sus múltiples orificios,  tuviera líos con otros u otras personajes, mostrando con ello tetas, culos, el coíto, que diría Sheldom, y alguna que otra escena perversa con látigos, ataduras y demás. Para que veáis el nivel de absurdidez, yo recuerdo una que iba de una Madame que, hastiada de la vida, se quiere suicidar a base de masturbarse hasta lo indecible. 

Lo único un poco más currado eran las portadas. También prometían más de lo que realmente se ofrecía, la verdad, porque muchas veces la escena no se correspondía con la historia o, de hacerlo, se nos quedaba ganas de más. 



NOTA CURIOSA: Muchas portadas prometían escenas de sado, pero luego en el interior la historieta iba de folleteo convencional. ¿Era por que vendía más?

La cosa es que estas historietas llegaron a nuestro país sobre el 1983 de la mano de Editorial Zinco, a cien pesetas de la época el ejemplar. Debieron tener cierto éxito, porque leo se estuvieron publicando hasta finales de los 80, aunque con algún cambio de nombre editorial por a saber qué razón. He de decir que me extraña no haber leído más sobre ellas a nadie de nuestro ambiente. Porque había bastantes escenillas de sado, o sado maso, aunque fueran absurdas y mal dibujadas, y por tiempo vital tuvo que marcar a alguien más que a mí. 

Yo en el 83 tenía 9 años, que soy viejo pero no tanto. Pero a finales de los 80 ya era un tierno adolescente tontorrón con pelusilla en el bigote. La cosa es que las compraba de segunda mano en un mercadillo, creo que a 25 pesetas el ejemplar, las devoraba en un plis plas y, cuando eran historias de folleteo convencional, simplemente me entretenía como voraz lector de viñetas, pero cuando eran historias con algo de sado, me hacía unas pajas de óscar de jólibud que ya quisiera poderlas hacer ahora, a mis 50 años. 



Guardo en mi fabulosa colección de tebeos un par o tres de ejemplares a modo de muestrario. Pero, como producto de consumo para usar y tirar, he de reconocer que bolsas y bolsas de esos ejemplares han ido a parar al contáiner a lo largo de este tiempo. Una presencia más notoria en el panteón del noveno  arte no merecen, pero quizás sí este sentido homenaje. 

Ah, qué tiempos aquellos! Ojalá no vuelvan nunca.

Tengan cuidado ahí fuera.

Spirit. 


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