Un Spirit siempre paga sus deudas. Mi ex Ama y sin embargo amiga Miss K estuvo a punto de pedir prestado este blog (que sabe tiene a su disposición) para exponer un escrito sobre su primera vez como sumisa. Finalmente hizo un hilo en twitter, pero creo que es una lástima que se pierda en nada en la vorágine de hilos y comentarios, así que lo ponemos también aquí para goce y disfrute de la inmortalidad. Lo suyo sería hacer una serie de reflexiones, pero yo lo copio y pego tal cual y que cada un@ saque las suyas.
Al habla Miss K;
Pasada la primera experiencia de los azotes y después de estar aquí y allá viendo lo que se cocía, yo necesitaba saber que "era yo", que me movía a mi, donde me colocaba, me habían dicho que era sumisa así que" Para allá que voy". Como no tenía playpartner ni nadie en mi entorno inmediato que me diera confianza y después de una experiencia nefasta con un supuesto D que se limito a pasearme por 3 centros comerciales de BCN y darme lecciones varias (infumables) y después intentar meterme mano a lo burro y cuando le aparte a lo burro también, me dijo que eso una sumisa no lo hacía y que cuidado porque otro podía darme una ostia y mi consiguiente cabreo, decidí acudir a alguien que en su momento consideraba un amigo, así que le llamé:
-Hola "C", estas en casa?
-Si, dime.
-Necesito saber, saber quien soy en esto.
-Ok ven, te espero en casa.
Eso fue todo, cogí mi coche y tire para allá sin saber demasiado bien que pasaría, pero tenía que hacerlo, tenía que embarrarme y saber si si, si no o donde.
Llegue y piqué al timbre, me abrió C, es un tipo mayor, un personaje de esos que merece la pena conocer solo por todo lo que puede aportar y asumiendo que es un turras, pero buen gente.
-Pasa.
Y entre, nos sentamos en la mesa y me preguntó que pasaba, le explique más o menos, sin tener muy claro que había ido a hacer allí y más perdida que un pulpo en un garaje, él me explicó cosas y me dio la chapa un buen rato también. Después de una hora o más quedamos en silencio, me miro y sin despeinarse me dijo:
-Quítate la ropa y siéntate en esta silla.
Yo le mire de soslayo pero lo hice, estaba ahí para saber y estaba dispuesta a descubrirlo.
Me quité la ropa, me senté en la silla y respire hondo.
El cogió una cuerda y me ató a la silla y no flojo precisamente, en ese momento y a pesar de la confianza, mis alarmas mentales se pusieron en marcha una tras otra cual engranaje desmedido.
No cruzamos palabra, le miré y su mirada había cambiado, no dije nada.
Caminó detrás de mi hacia una habitación y volvió, puso encima de la mesa unas pinzas, volvió a marcharse y trajo una vela, la encendió y la puso encima de la mesa, así una cosa tras otra, despacio. Yo estaba muda, viendo todo ese despliegue de artefactos del mal y mis nervios iban creciendo por momentos (el poder de la imaginación es enorme) pero ya cuando volvió, puso un cuchillo encima de la mesa y se volvió a ir, yo pensé...como tarde, me tiro al suelo, me desató y salgo cagando leches de este piso, pero no me dio tiempo XD.
Cuando volvió olía mi miedo, así que me dio agua y empezó a hablar, eso me tranquilizó algo (creo) aunque ya me estaba cagando en todo mentalmente, eso sí, que una parece tonta, pero no.
Me puso pinzas, las hizo caer a fustazos, hubo algún azote en la silla, un par de hostias, todo eso mientras el hablaba y mantenía mi cabeza ocupada intentando luchar entre lo que me hacía y lo que me decía.
Cuando yo ya creía que "esto está superao" me agarra la cara, me mira directamente a los ojos y me dice:
-Confías en mi?
Y yo ilusa de mi y convencida ojo, digo SI.
Entonces agarra la vela derretida (de esas pequeñas que queda toda la cera derretida en el cacito y me dice:
-Saca la lengua.
En ese momento colapse, pensaba:
"Que saque la lengua? Estamos locos? La lengua?!?!??!? Ni de coña que me la despelleja."
El solo repetía, ante mi boca cerrada a cal y canto..."confías en mi?"
Al final esas palabras calaron y obedecí (también pensé, de perdidos al río, tu tira y luego ya veremos)
Saque la lengua y la cera cayó en mi lengua, vació la vela.
Tengo que decir que eso fue una prueba de fuerza mental más que otra cosa, toda una experiencia.
Después de eso me desató, me azotó y ahí ya me relajé.
Cuando terminamos, me llevo delante de un espejo.
-Mírate.
Y lo hice, levante la mirada y me mire.
-Ahora mismo eres la mujer más hermosa que he visto, fuerte, valiente, grande. No lo olvides nunca.
Esas palabras fueron hermosas y calaron.
Cuando todo terminó y ya vestida, nos abrazamos, le di las gracias y nos tomamos una cerveza entre charlas.
Ese día descubrí que el dolor me gustaba, que bien llevada podía llegar lejos, descubrí que me flipaba la parte del juego mental, de llevar al extremo, jugar con el miedo, la anticipación etc...lo vulnerable que te vuelve desnudarte, que la confianza es primordial, que a pesar de todo eso, a veces tienes ganas de salir cagando leche pero te retienes, que mi lugar iba ligado al dolor, pero sobre todo que me quedaba muchísimo camino por recorrer y que eso era lo hermoso, todo lo que me quedaba por experimentar y vivir.
Miss K
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