PLACER CULPABLE: MERCEDES MILÁ

Tener deseos eróticos con Alaska puede ser un poco excéntrico, pero bueno, entra dentro de lo aceptable. Tenerlos con Mercedes Milá ya es un poco harina de otro costal. Quizás esté catalogado clínicamente como patología enfermiza y todo. Pero...¿qué otra cosa se puede tener ante alguien que exhibe una mala leche increíble, pegando broncas en vivo y en directo a sus colaboradores, que se mea en la ducha y caga en el mar, que practica unos interrogatorios al entrevistado/a que sólo falta clavarle pinzas y decirle “confiesa, perro!”, que luce unos modelos fetichistas estrafalarios y que presenta signos de locura más allá de toda duda razonable? Yo quiero portarme bien, Señor Juez, pero la culpa es de la sociedad.

Para quienes no tengan la suerte de seguir el día a día de los fabulosos productos televisivos que ofrece España, diremos que Mercedes Milá era una periodista más o menos seria que en sus tiempos presentó varios programas de entrevistas y debates que los más viejos del lugar todavía recuerdan. Famosos en la España ochentera fueron sus retos al escritor Camilo José Cela a fin de ver si era capaz de absorver con el ano el agua de una palangana, o sus entrevistas a Miguel “no me he muerto de sida, estaba de parranda” Bosé. Famoso fue también el rebote del escritor Francisco Umbral ante ella, ésto ya bien entrada la década de los 90, al grito de “yo he venido a hablar de mi libro y no a este debate absurdo que no me interesa”.

No obstante, que las anécdotas no nos impidan ver el bosque. Mercedes Milá era una entrevistadora seria, agresiva, que no hacía preguntas cómodas y no se cortaba ante nada, sacando normalmente declaraciones interesantes de sus entrevistados. Aparte de su seriedad, la chica ya apuntaba maneras y exhibía esos modos que llenan mis noches de insomnio, pero le faltaba un “algo” para figurar en el Panteón de las Dominatrices que provocan sueños húmedos.

Ese algo vino cuando dejó atrás tanto interés social y tanta leche, se lió la manta a la cabeza y presentó la versión española de GRAN HERMANO, versión que como apunte cultural diremos que es la más longeva del mundo. Mientras en el resto de países se han cansado de la tontería esta de encerrar desconocidos y a ver qué sale, aquí en España nos quedamos fascinados año tras año por ver cómo se comportan perfectos deficientes mentales, cogidos entre lo más granado de las putas y los chulos. Gente que no habla de política, ni de temas sociales, ni lee, que se ahoga ante problemas que no existen (uy, que miedo, estoy nominado, soy un paria social), y que pasa el tiempo peleándose, follando ocultos tras las colchas o exhibiendo su histerismo, mala leche, falsedad, ignorancia o lo que proceda.

Y es en este formato donde Merceditas ha dejado atrás su lado de peridista y se ha lanzado a lo que nos gusta, que es el petardeo más canalla, la deshinibición más descarnada, la locura más desenfrenada...sin perder, eso sí, los rasgos de mala leche que le hicieron otrora famosa, dando pie a una mezcla entre Dominatrix y guarra de instituto que, lo confieso, hace que mis hormonas tiemblen.

Lo confieso, de verdad. A mí esta tía me pone. Estoy enfermo, ya lo sé, pero no lo puedo remediar. La veo entrevistar al pobre concursante que ha sido expulsado por no ser lo suficientemente cabrón y se me pone tiesa. Les da unos meneos que para qué, le pone a caldo y encima lo hace disfrutando. No hay mayor sadismo ni demostración de poder.

Sólo le faltan las bofetadas (al fin y al cabo son concursantes de GH, están para eso), y ya salpicaba la pantalla. Me voy a presentar al concurso sólo para que me expulsen (cosa que lograría en las primeras horas) y Mercedes me ate a la silla y empiece a gritarme “¿ es cierto que le prometistes a Jenny casarte con ella si te la chupaba?” y yo, todo ahí acojonado pero a la vez terriblemente excitado, diciéndo...”no se...no me acuerdo...soy tuyo, hazme lo que quieras”.

Y eso que la tipa objetivamente no sólo no es guapa si no es más bien fea. Tendrá sus cincuenta más que pasados, y se le nota en la cara, que está más arrugada que una pasa, pese a ser anti- tabaco total (ya saben, que dicen que estropea la piel). Pero eso es lo de menos, por que personalmente pienso que en la fruta madura está la buena confitura. No es que tenga un cuerpazo tampoco, pero se conserva. No obstante, no es ni cara ni su cuerpo lo que me atrae. Es su energía. Es pensar en estar en sus manos. Es la combinación de todo ello con esa actitud de mala leche, autoridad y no saber por dónde te va a salir.

Pega broncas en directo a quien sea, por que ha salido mal una conexión o algo así (como si fuera importante conectar con la casa para saber lo que piensan los concursantes). Tan pronto ríe como una histérica como con saña te acecha en plan Inquisidora. Reconoce que no hay mayor placer que mearse en la ducha. Le pide al Gran Wayoming que le toque una teta. Se disfraza de lo que haga falta, empleando ese fetichismo e imaginación que no debe faltar nunca en estos juegos de fantasía. Joder, vamos, que está que se sale. Si es que lo tiene todo.

Y encima últimamente viste de la forma más extrafalaria posible, haciendo una curiosa mezcla entre el fetish más vanguardista y el kiss de mercadillo, aunque combinando con el gusto morboso de quien tiene clase. No sé. Pero cuando se pone botas altas a mí me tiene ganado.

Creo que Mercedes Milá está ya en esa fase de su vida en la que pasa de todo y todo le importa un pimiento. En que es agresiva por que ella lo vale y se le va la olla por lo mismo. No lo se. Pero a mí esa porte de Dominatrix inquisitiva me da morbo. Y encima tiene humor, por que sabe que la vida no es más que el teatro de lo absurdo. Es una Ama cachonda y simpática que de vez en cuando saca la bordería. Espero que mis amigos directivos de tele5 me hagan caso y programen un Gran Hermano Sado, según les sugerí en un post de hace poco, y la vistan ya del todo para la ocasión, dándole el látigo que sin duda ha nacido para llevar. Yo ya me corro imaginándomela disfrutando de lo lindo mientras despelleja a latigazos a algún sumiso por mentiroso y fumador, (cualidades que yo mismo comparto, dicho sea de paso).

En la línea capulla de otras veces, he dejado un enlace de este escrito en su blog, aprovechando que no censuran los comentarios (lo cual, dicho sea de paso, tiene mérito). No espero respuesta, ya que suele tener unos 1.672 comentarios y dudo que le de tiempo a leerlos todos, y mucho menos a hacer caso a gilipolleces como esta, pero no pierdo la esperanza. Si por casualidad enlaza, que sepa que este es un escrito con humor...pero que lo del deseo es cierto, así que aprovechando que es de Esplugas de Llobregat, ciudad vecina a la mía, si quiere podemos tomar un café y le voy explicando unas cosillas de estos mundos, de forma totalmente desinteresada, (caso de que no lo sepa ya, claro). Eso sí; sin cámara oculta, please, a ver si me va a ver mi madre en la tele, que no entiende de esas cosas, y va a pensar que soy gay o algo así. Prometo no fumar y comer fruta.

Bueno, el martes que viene (recordar que en esta nueva temporada hay escrito también el martes), veremos que con 4 duros y un poco de buen hacer podemos tener un arsenal de juguetes para practicar estos juegos que no se los salta un gitano. Hasta entonces tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida.