POR QUÉ ELISE ES NECESARIA

Este es un escrito que elogía a Elise Suton. Sí, me ha dado una especie de enajenación mental y escribiré el post antes de que se me pase. Los habituales ya sabrán que es mi archi- enemiga y que aprovecho cualquier ocasión, incluso cuando voy al lavabo, para ponerla a parir, como se puede comprobar en casi cualquier escrito, ya que siempre que puedo hago alguna referencia burlándome de sus ideas pseudo-nazis de dominación al macho y de sus soluciones a los problemas mundiales capando al mismo y mantenerlo encerrado en una jaula sin orgasmar por los siglos de los siglos.

Pero al igual que Batman reconoce que el Jóker es peligroso, que Sherlock Holmes admira la inteligencia de Moriarthy y Belén Esteban envidia a La Campa, a mí no me duelen prendas en reconocer las virtudes de mi pérfida oponente en vivir esto del femdom y el bdsm.

Por eso hoy voy a hablar de que Elise es necesaria, y no sólo para ponernos cachondos imaginando sus mundos de Yupi donde supremas mujeres esclavizan a hombres a base de palos, control del orgasmo, asignación de tareas hasta la extenuación y noches solitarias encerrados en la jaula.

Elise es necesaria por que es un referente. Un referente radical, sí. Pero a veces los radicalismos son buenos para llegar al punto medio. Me explico mejor: ante el miedo a que se expandiera el sistema comunista soviético, se creó el Estado del Bienestar en el resto de Europa. Y ha sido caer éste cuando se ha retrocedido en los derechos y garantías que ofrecía el Estado. Pero gracias a la radicalidad de unos estados otros “cedieron”. Una teoría política considera el Estado del Bienestar como un soborno que se hizo a la clase obrera para que se creyera algo y no asaltase el orden establecido.

Por eso a veces va bien que alguien agite un poco. Que con sus planteamientos, su locura, su radicalidad, su visión, penetre en los círculos que sean y oye, si aspiramos al cien, al menos conseguimos el 40. Es mejor que el 0. y si ese 40 significa que gente que no se había ni planteado la dominación femenina está dispuesta a probar, pues oye, el mejor negocio es el que todos ganan, que siempre hay sumisos dispuestos a pillar cacho y es bueno que aumente la nómina de mujeres dominantes.

Elise también es necesaria por que otorga valor a la mujer. Le incentiva a usar su poder. Es una lástima que se limite a expresar que su poder sea poner caliente al macho para que este haga lo que sea, pero si hacemos una interpretación expansiva creo que las mujeres tienen muchas formas de poder, con y sin el macho, que desarrollar. Y es bueno reconocerlo e incentivarlo.

También he de reconocer que la amiga Elise sabe de lo que habla respecto a estos mundos. Quitando la parafernalia de superioridad y tal, he de reconocer que hace una serie de distinciones entre adoctrinamiento (enseñar) y castigo (penitencia ante algo que se ha hecho mal), entre el control del orgasmo como fuente del deseo y dominación, (ya que no es lo mismo un latigazo después de haberte corrido que antes, ejem, ejem), y, sobre todo, anima a las mujeres a ser conscientes de su poder y a salir a demostrarlo. También, cuando no se le va demasiado la olla, hace reflexiones muy interesantes sobre el uso de los strapon y su valor simbólico (que un hombre sea penetrado por una mujer es el colmo del simbolismo dominante) y sobre alguna cosilla de estos mundos que, he de reconocer, está muy bien argumentada si se le quita el tufo a panfleto de loca desvariada.

Así pues, y esto no lo leerán mucho por aquí, he de felicitar a Elise por todo lo expuesto y por haberse hecho un hueco en el imaginario colectivo de éstos mundos. Es una pena el cierre del blog de Ana Serantes, donde se exponían muchos de sus escritos. Y como ya se me ha pasado la enajenación mental, no voy a decir nada más sobre esta Señora elogioso. Simplemente apuntar que el que sea justo con unas cosas no quita que siga pensando de ella lo que pienso, que es lo expuesto en casi cualquier parte de este blog y que se resumen a que es una profesional que hace de la pseudo-ideología una forma de vender sus servicios. Pero eso es otra historia que no quita lo expuesto.