Después de haber tenido los santos cojones de dedicar un post friki a un personaje olvidado de los tebeos de los años 60-70 en un blog de sado, volvemos a fueros de sexo duro, pervertidos, que sois todos unos pervertidos y siempre estáis buscando lo mismo.
Mira que nos gusta inventar cosas inútiles. Y si las podemos denominar con palabras raras, mejor. En mis años mozos, yo tenía estas fantasías. Iba con una profesional, ya que no se había inventado internet y no conocía a nadie más que quisiera pegarme latigazos, pagaba y lo disfrutaba o no en función de la competencia de la misma. Costaba un dinerillo, pero no me complicaba la vida.
Ahora, sin embargo, sé un poco más. Y por ello me complico la vida un poco más también. Resulta que si disfruto de una sesión no lo disfruto y ya está, si no que estoy en el sub space. Manda huevos, yo que no cambio París por mi aldea y de repente me encuentro en mundos más allá de otra dimensión.
El sub space es algo difícil de explicar. Viene a ser un momento en el que la consciencia no nos pertenece y queda reducida a su mínima expresión, en el cual el sumiso está flotando en un clímax casi místico de entrega, abandono y bienestar. Se da, evidentemente, durante una sesión profunda, y se describe también como un trance hipnótico en el cual el sumiso queda flotando. Como un buen orgasmo después de un polvo pero en plan bdsm (es decir; que no hace falta correrse,basta la intensidad de la sesión) y con este rollo de la mística que nos gusta tanto.
Hay una cosa que es cierta. Por un lado, es verdad que en el bdsm se consiguen sensaciones muy intensas y hay momentos de entrega absoluta en los cuales nada importa más que el mundo mágico que hemos creado y con el cual nos fusionamos. También es verdad que durante una sesión se liberan una cantidad terrible de endorfinas. Y que, bueno, después de una sesión o en el punto álgido de la misma te quedas algo lelo de satisfacción. Todo ello es el sub space. Y por mucho que diga, me parece bonito llamarlo así. Al fin y al cabo tenemos un lenguaje propio y siempre mola más que decir “jo, qué pasada”.
Yo he estado en el sub space, puedo presumir de ello. Es un sitio al que siempre quieres volver y no siempre es fácil, por mucho que se disfrute. He llegado a la conclusión de que es un sitio que se construye día a día, con pequeños detalles cotidianos, y luego salen en un momento de magia. O quizás es un sitio que simplemente no se puede programar. O quizás simplemente sea un sitio que esté un poco más allá del disfrute puro y duro. No lo se, la verdad. Y tampoco sé si lo he definido bien. Pero, como diría el poeta refiriéndose al amor “quien lo probó lo sabe”.
Mañana un ejercio de egolatría y de cojones a partes iguales; una entrevista a mí mismo por que yo lo valgo. Y si no lo valgo....el gato es mío y me lo follo cuando quiero. Hasta entonces tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida.
3 comentarios:
Definitivamente es un estado absolutamente hermoso, es una entrega total de cuerpo y alma sin limites, sin miedo, donde la fantasía es tan real, tan placentera, que el espíritu es feliz, apasionado, es el EXTASIS mismo.
Y como he comentado en alguno de tus pots, no siempre se da, aveces es la ocacion, otras la persona. es química, es magia. Yo me inicie en este rollo del sado, con un amo que me llevaba de la mano a este lugar llamado sub space, y al mirar atraz solo veia juegos de niños, cuenta la confianza, la valentia,el deseo y aveces el amor, algunas personas le dicen neurosis, enfermedad, dependencia, pero la neta vivir una experiencia así, es inolvidable, me imagino que también los mas fresas(vainillas) llegan a sentir esos momentos de éxtasis, pues espero no sean exclusivos de esta comunidad.
Saludos a todos;
Lilith; pues lo describes mejor que yo, la verdad, por que a parte de sintetizarlo muy bien lo describes con verdadera pasión. Y es que en el fondo no podemos si no que reafirmar aquello de "quien lo probó lo sabe".
Es cierto. No es una ley física. Depende de mil factores. Yo he tenido sesiones muy gratas en las que he disfrutado mucho y sin embargo no he alcanzado ese grado de éxtasis que decimos es el sub space. Y en otras ocasiones, sí que lo he alcanzado.
¿Tenemos dependencia al bdsm? Bueno, tenerla la tenemos, al menos yo, pero no es por esto del sub space exclusivamente. Influyen muchos factores y condicionantes. Ten en cuenta que el verdadero "enganche" y adicción es el placer mental que provoca. Es algo más fino, más cerebral.
Te contesto aquí a tu comentario sobre el post de Lady Vanitas; es cierto; a veces se confunden las cosas y una Ama se cree que lo es para toda la vida y en toda circunstancia. Pues nada, a hacer cola en el cine, como todos.
Un besazo, mi mexicana de mis amores, es un lujo tener a alguien como vos por estos lares
hola yo tb he oido hablar de ese lugar magicoy, siendo fresa como soy, he de decir que ninca lo he experimentado.
mis profesores me contaron que es un lugar donde el sumiso se abandona totalmente a su sumision y solo puede obedecer, que le sale la vena complaciente, vaya.
dicen que hasta algunos pueden llegar a olvodar la palabra de seguridad
yo solo lo se ya que me lo han contado, pero nunca lo he experimentado, pena
y ne gysta nas fresa, como dice lilith que vainilla
por ende, ya no os envio besos con sabor a vainilla, sino besos afresados jeje
sasha
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